Silencios profundos, miradas tristes, ojos vidriosos, camisetas argentinas con el Diego estampado en el pecho y el "10" en la espalda, un barrilete cósmico albiceleste flameando en el cielo, globos al aire, aplausos, la canción del Potro Rodrigo y el histórico relato de Víctor Hugo Morales, un mechón rubio, un "Gracias Diego" en la pantalla del estadio y el triunfo más deseado.

Gimnasia y Esgrima La Plata jugó ante Vélez 72 horas después de la muerte de Diego Armando Maradona, el entrenador del equipo, a quien despidieron en la Casa Rosada. Es más, el equipo salió al estadio José Amalfitani luego de que el cuerpo técnico de Sebastián Méndez -que había quedado al frente del Lobo- presentó su renuncia luego de la triste noticia. Sin embargo, los jugadores pudieron regalarle un triunfo a la leyenda y tuvieron su propio desahogo.

De Liniers al cielo directo, fue 0-1 para Gimnasia gracias a un gol de Maximiliano Coronel. Y después, fue tiempo del otro homenaje. El más íntimo. Improvisado y sin protocolos. Desde el alma y con sensación de desahogo.

En el vestuario tras la victoria, otra vez la canción de Rodrigo musicalizó ese momento en el que el plantel del Lobo armó una especie de pogo al grito de "Maradó, Maradó" para recordar a su ídolo, entre lágrimas y sonrisas. Y luego, llegó una foto grupal con la camiseta de la Selección Argentina y el apellido del hombre que la honró.