Cuando Sebastián, Diego y Pablo Simonet escuchen sonar el himno argentino y crucen miradas el próximo viernes (desde las 23.00 horas de la Argentina) en el debut de la Selección de handball ante Francia, sentirán, por fin, que el pacto de hermanos que tanto soñaron se convirtió en una realidad: llegaron los tres juntos a los Juegos Olímpicos.

Luego de dos oportunidades fallidas -en Londres 2012 Pablo era chico y no formó parte del seleccionado que fue olímpico por primera vez en su historia, y en Río de Janeiro 2016, Diego debió bajarse por una lesión en su rodilla- el trío se dará el gran gusto en la capital japonesa, a la que Sebastián, el mayor de los tres, llegó luego de postergar un año su retiro.

Los Simonet son una fiel muestra de que vivir la máxima cita del deporte mundial todavía puede ser más especial si se la comparte con aquellos que tienen tu misma sangre. Pero no son la única. De hecho, en la delegación argentina hay varios hermanos y hermanas que compartirán codo a codo la experiencia olímpica. Sin ir más lejos, entre Los Gladiadores también están los Pizarro: Federico, que va por su tercer Juego, e Ignacio, quien por estas horas ya disfruta de su primera vez en una villa olímpica.

"Fue un sueño. Lo veníamos planeando pero a veces se te dan las cosas y otras no. En Londres, Romina quedó bastante lejos. Y en Río, Cecilia no entró y Romina quedó cerca. En esta oportunidad, gracias a Dios, se nos dio a los tres hermanos", le cuenta un orgulloso Claudio Biagioli a Filo.News desde Jujuy, donde Cecilia, a quien entrena, afronta el último tramo de su preparación de cara a la competencia de aguas abiertas.

Ya habrá tiempo para que los Biagioli graben el recuerdo olímpico en sus pieles. Ahora, las energías estarán puestas en rezar para que los tiempos, los vuelos y los horarios se alineen y lleguen a cruzarse en la villa para poder sacarse la foto más deseada: los tres junto a los anillos olímpicos. Es que Cecilia -que va por su quinta participación olímpica- y Claudio tienen previsto llegar a Tokio el 28 de julio, mientras que Romina competirá en triatlón un día antes.  Y como los atletas deben dejar las instalaciones cuando terminen de competir, existe la posibilidad de que no lleguen a verse.

"SIS nos vemos pronto en Tokio. Haremos nuestro sueño realidad sacándonos la foto que soñamos desde chiquitos con los anillos de fondo. Recuerdo cuando jugábamos partidos enfrentados en las camas. ¡Que locura! Disfruta al máximo todo. Siento terribles sensaciones de orgullo y admiración", escribió Federico Pereyra en su cuenta de Instagram cuando Fernanda, su hermana, consiguió la clasificación olímpica junto a Ana Gallay en beach volley, hace tres semanas.

El vóley será el responsable de concretar aquella fantasía que los sanjuaninos tenían desde chicos, cuando hacían volar la pelota por los aires. Para Federico, que integra el seleccionado masculino de vóley, serán sus segundos Juegos luego de su presencia en Londres 2012, mientras que Fernanda disfrutará de sus primera vivencia olímpica en una modalidad que arrancó siendo un hobby y terminó llevándola a cumplir su sueño.

Otros que completarán su segundo casillero olímpico serán Federico y Melisa Gil, los tiradores especialistas en la modalidad skeet, que ya dijeron presente en Río de Janeiro 2016, donde Melisa obtuvo un diploma olímpico.

"Vivirlo con vos para mi es la gloria", le dice María José Granatto a su hermana Victoria, en una imagen donde ambas lucen la camiseta de Las Leonas, esa que defenderán en Tokio. Para Majo, la menor de las dos, serán sus segundos Juegos tras estar en Río 2016, aunque de la capital japonesa se llevará un recuerdo especial y una sonrisa imborrable. Como la de la foto.

La real dimensión de lo que se siente participar de un Juego Olímpico es un privilegio exclusivo para los deportistas que lo logran. ¿Y hacerlo junto a esas personas a las que viste dar sus primeros pasos, con las que te abrazaste y lloraste por diversos motivos? Imposible imaginarlo para la mayoría de los mortales. Menos para los Simonet, los Pizarro, los Biagioli, los Pereyra, los Gil y las Granatto.