La final de la Champions League entre Real Madrid y Liverpool, disputada en París, se demoró unos minutos por disturbios en las zonas cercanas al estadio con hinchas del elenco inglés, que buscaban ingresar al recinto a la fuerza.
Los problemas entre la policía francesa y una parte de la parcialidad de Liverpool se debió a los retrasos en los accesos al Stade de France de París y a la gran cantidad de fanáticos con entradas falsas que fueron apartados.
Además, en las redes sociales circularon videos con fanáticos de Liverpool trepándose a las rejas en los ingresos y con posterior detención y represión por parte de la policía local.
La capacidad del estadio fue de 76 mil hinchas, 20 mil por lado, más 12 mil entradas para simpatizantes del mundo y los restantes para sponsors, según informó la UEFA.
Como consecuencia, los equipos salieron nuevamente a realizar trabajos precompetitivos. En el caso de Liverpool, estuvo alrededor de 20 minutos, mientras que el Real Madrid apenas cinco.