Luego de la derrota en el clásico ante Racing, Independiente no podía levantar cabeza. Si bien había ganado 1 a 0 ante Fortaleza en la ida en el Libertadores de América, la imagen del equipo no era nada buena y se confirmó en los partidos siguientes, donde igualó en la última jugada ante Arsenal y perdió ante Gimnasia, también en el cierre del partido.

Esta vez, el destino del "Rojo" estaba en Brasil donde se jugaba gran parte del semestre. La visita a Ceará para tratar de cerrar la clasificación se volvió una odisea y terminó siendo un milagro, luego de ir perdiendo 2 a 0 y con el partido entrando en el descuento, lo que abría una nueva preocupación en el club.

Sin embargo, en ese momento y ya jugado a todo o nada, Lucas Pusineri se llevó todas las miradas de las cámaras, cuando de su bolsillo sacó la foto de su abuela y se rindió a ella como el amuleto de la suerte. Si bien desde siempre la lleva encima, esta vez pareció que ella fue la responsable de la agónica clasificación.

Desde el minuto 80 en adelante, los besos del entrenador a la foto se volvieron el punto de atención de las cámaras de televisión y así fue también como a los 92 minutos y tras el desborde de Bustos, se desató la locura en el banco de suplentes para el 1-2 y la clasificación en Brasil.

Tras el mismo, otra vez todo estuvo enfocado en Pusineri, que hasta que no se terminó el partido no se desprendió de su abuela que lo acompañó en todo momento y, pará él, terminó dandole una mano para que Independiente siga en carrera y pueda respirar en este momento de tensión.