Harry Gregg, ex arquero del Manchester United y uno de los héroes de la tragedia aérea de Múnich ocurrida en 1958, falleció este lunes a la mañana en el Causeway Hospital de Coleraine, Irlanda del Norte, a los 87 años de edad a causa de una enfermedad. 

El ex jugador socorrió a varias personas, incluido un bebé y sus compañeros BobbyCharlton y JackieBlanchflower, de los restos del avión en el que viajaba el equipo, el 6 de febrero de 1958. Volvían a Inglaterra de un partido de la Copa de Europa en Belgrado y luego de una escala en Múnich, el avión se estrelló en el despegue por las malas condiciones meteorológicas.

"Con gran tristeza informamos de la muerte de la leyenda del Manchester United e Irlanda del Norte Harry Gregg". De esta manera la fundación que lleva su nombre ha hecho oficial el fallecimiento de la que fuera considerada una leyenda del Manchester United, no solo por los éxitos que cosechó dentro de los terrenos de juego, sino también por ser sobreviviente y partícipe en los rescates. 

Harry formó parte de las filas del United durante nueve años, de 1957 a 1966. El norirlandés disputó un total de 247 partidos y alzó un trofeo de la FA Cup, solo trece días después del reconocido desastre aéreo donde perdieron la vida 23 personas. El arquero también tuvo presencia en el combinado nacional de su país, Irlanda del Norte, donde cosechó veinticinco triunfos y participó, además, en la Copa del Mundo de 1958, disputada en Suecia y en la que fue galardonado como mejor portero del torneo.

La familia Gregg también ha querido "agradecer el gran trabajo del staff médico del Causeway Hospital, que le brindó una enorme dedicación a Harry en estas últimas semanas", en un comunicado que han hecho público esta mañana. 

Por su parte, el Manchester United también ha querido rendir tributo en todos sus perfiles de redes sociales a la que consideran "una leyenda de la institución" con un vídeo homenaje donde se aprecian imágenes de la que fue su carrera como futbolista.

Aquel 6 de febrero, ocho jóvenes jugadores del equipo, que acababa de ganar dos campeonatos ingleses consecutivos, fallecieron en la catástrofe aérea, mientras que el entrenador Matt Busby sufrió graves heridas.

El accidente se quedó grabado para siempre en la historia del club, que acabó volviendo al máximo nivel hasta ganar la Copa de Europa diez años más tarde, en 1968, ya sin Gregg, traspasado al Stoke City a finales de 1966.

En total 23 personas fallecieron en el accidente. Bobby Charlton es desde ahora el único superviviente que sigue con vida.