Diego Schwartzman sigue a paso firme en Roland Garros y, este domingo, selló su pasaje a cuartos de final luego de un sólido triunfo en sets corridos ante el italiano Lorenzo Sonego, a quien derrotó por 6-1, 6-3 y 6-4.

Poco después del comienzo, el encuentro estuvo un largo rato suspendido por lluvia cuando el italiano sacaba 1-2 y 40 iguales. Sin embargo, el parate obligado no desconcentró al Peque, que apenas se reanudó la acción concretó dos quiebres y encaminó las cosas para llevarse el primer set por 6-1.

El argentino, número 14 del mundo, continuó con la confianza en alza y logró hilvanar cuatro games seguidos para marcar una diferencia que su rival, quien debió pedir atención médica, no pudo revertir. Seguidamente, el porteño cerró el segundo capítulo en 6-3 y quedó a un paso de la victoria.

Sin mayores inconvenientes, el Peque recuperó el quiebre que había logrado Sonego en el séptimo game (3-4) y luego se quedó con el servicio del italiano en el décimo y definitivo game, para firmar la victoria con un 6-4 que le permitió meterse entre los ocho mejores del torneo.

En cuartos de final, Schwartzman -que no perdió ningún set en lo que va del certamen- tendrá una dura parada ante el austríaco Dominic Thiem, el número 3 del mundo y reciente campeón del US Open, que venció en cinco sets al francés Hugo Gastón, con parciales de 6-4, 6-4, 5-7, 3-6 y 6-3.

Luego de la victoria, el Peque, que en 2018 también alcanzó los cuartos de final en el abierto francés pero quedó eliminado tras enfrentar al español Rafael Nadal, comentó: "Estaba muy nervioso al principio, específicamente en los primeros games. Creo que a diferencia del pasado, la lluvia me vino muy bien".

Sobre su gran presente luego de los tropiezos que tuvo apenas se reanudó la competencia tras el parate por la pandemia, el argentino manifestó que "siempre que vengo a un torneo tengo confianza en mí mismo, tengo mucha humildad pero busco ganar los partidos y que las cosas salgan bien. Mi arranque después de la pandemia no había sido bueno, no esperaba todo esto, pero entrené muchísimo, nunca bajé los brazos y creo que por eso estoy acá".

"Lo nuestro no es duro, nosotros estamos jugando los torneos más grandes, podemos viajar y competir, hay cosas mucho más graves que jugar mal una competencia", sentenció Schwartzman, que sigue soñando en París.