Diego Schwartzman había cumplido el gran objetivo de meterse entre los cuatro mejores de un Masters 1000 por primera vez, sin embargo, no se detuvo ahí y buscó seguir construyendo su historia ante el número uno del mundo, que en partes del partido, se vio dominado por la astucia del argentino. Sin embargo, con toda jerarquia, Djokovic sacó a relucir su magia.

Si bien es cierto que el "Peque" llegó con más de ocho horas de descanso, en el campo de juego de Roma no se notó la diferencia física y en un primer parcial muy duro, Nole pudo quedarse con el saque de Schwartzman y cerrar por 6 a 3 el set. 

En el segundo, pasó de todo. Con el partido 2 a 2, el surgido de Naútico Hacoaj se quedó con un quiebre clave pero inmediatamente erró en la definición y lo perdió. Situación similar iba a ocurrir en los games consecutivos y así se dirigió el desenlace al tiebreak, donde el argentino se lució.

El tercer set demostró cansancio de ambos lados. Djokovic por el pase de factura decidió no correr la mitad de los drops de su rival, pero su nivel defensivo y cierres desde el fondo fueron clave. Aún así, Schwartzman terminó con dos golpes ganadores más, pero sufrió los errores no forzados, vitales para el único quiebre del tercer parcial y el camino allanado para el número uno del mundo.

Ahora, Roma vivirá la final esperada. Djokovic y Nadal, 1 y 2 del mundo, de vuelta frente a frente tras la final del Australian Open y con otro título en juego en donde, esta vez, Rafa llega como candidato por presente y, sobretodo, tiempo de descanso.