Los abusos y violaciones son más comunes de lo que la sociedad cree y Graciela Alfano es otra lamentable víctima de estos aberrantes hechos. Invitada a la mesa de Mirtha Legrand, la vedette se animó a relatar la traumática experiencia que le tocó vivir durante su niñez.

"Hubiera preferido no decirlo, porque no lo dije durante muchos años: yo no puedo de ninguna manera defender ni a un supuesto violador ni a un violador porque yo misma fui víctima de abusos entre los 4 y los 7 años", lanzó la actriz.

Sorprendida, la conductora del programa preguntó quién había sido el culpable: "Fue un vecino que vivía pegado a mi casa, al que inclusive mi mamá le daba la confianza, me iba a buscar al colegio, al jardín de infantes". 

"¿Tus padres no te creyeron?", interrogó Mirtha, abriendo paso a otro doloroso aspecto de la historia: "Este tema fue parte de la relación tan difícil que tuve con mi madre de toda la vida. En el final ella vino a morir a mi casa y en ese momento hice un gran esfuerzo por perdonarla, porque no podía. En el final ella me dijo: 'Perdón por mi ceguera, disculpame'".

La artista aseguró que esta experiencia la "marcó mucho" y es un asunto que "reitera en terapia hace 40 años": "Si bien no es algo lindo ni común la forma en que ese adulto te toca, uno cree que tiene que ser así, que puede hacerlo, porque no es que te pone cuchillo ni nada, te va incorporando a ese contacto que puede no gustarte. Yo tengo recuerdos tremendos del aliento, de cosas que no quiero contar, pero que realmente fueron muy graves", añadió.

"Cuando yo iba al colegio, yo tocaba otras nenas de la forma en que me habían tocado a mí. Entonces llamaban a mi mamá y yo era 'una nena asquerosa'; hoy los psicopedagogos saben que en algún lado les están mostrando eso, que no se les ocurre", continuó Alfano.

"Después de muchos años de terapia, entendí que lo que la víctima necesita es un acto de justicia, que la justicia lo condene, no los amigos, sino la justicia, que vaya preso, que la sociedad me dé la razón de que esto fue un gran daño el que me hizo. No lo tuve, no lo pude tener", se lamentó entre lágrimas.

También se refirió a las secuelas emocionales originadas por estos hechos: "Es tan grave el daño que me hizo desde lo sexual, afectivo, emocional, la relación mía hacia los hombres. Vivís avergonzada, hay una vergüenza que te atraviesa, la víctima se siente culpable, siente que hay algo que hay que esconder; que los demás tienen determinadas coronitas que otros no tienen, que una viene fallada".

Si creés que un niño, niña o adolescente pudo haber sido víctima de abuso sexual, llamá al 0800-222-1717. Es una línea gratuita cualquier día, a cualquier hora, desde cualquier lugar del país. Podés comunicarte aunque no seas familiar.