En el Centro de Convenciones Amador, en Panamá, mientras Luis Miguel interpretaba el tema "Decídete", comenzó a mirar y hacer gestos de inconformidad al costado del escenario tras percibir una falla en el sonido.
Unos minutos después, el cantante se acercó a donde se ubicaba el sonidista, y luego de lo que pareció ser una discusión, arrojó un golpe que lo desequilibró a él mismo y terminó en el piso.
El incidente se produce pocos días después de la suspensión de un show en Guayaquil, Ecuador, en el que la producción argumentó que fue "por fuertes lluvias". Sin embargo, tras una imagen de él recostado en el aeropuerto, las críticas en las redes sociales lo acusaron de suspenderlo por no haber estado en condiciones de dar el espectáculo.