Impresionante. En apenas 13 minutos, la camaleónica Lady Gaga brindó un impecable show de medio tiempo del Super Bowl, el espectáculo deportivo más importante de los Estados Unidos, en el que hizo un repaso de algunos de sus mayores hits como "Born This Way", "Just Dance" y "Telephone". 

A la espera de que se reanudara el encuentro de fútbol americano entre los Atlanta Falcons y los New England Patriots en la ciudad de Houston, la cantante hizo su aparición sobre el escenario del NRG Stadium primero en el techo, y luego fue descendiendo lentamente sostenida por un arnés mientras sonaba uno de sus primeros éxitos, "Poker Face".

Famosa por sus extravagantes atuendos, la cantante lució una malla plateada con lentejuelas, hombreras y botas altas del mismo tono. Junto a ella, un centenar de bailarines y un espectacular despliegue de luces y fuegos artificiales para dar vida a un show que costó unos U$S 10 millones.

Hacia el final del espectáculo, Gaga se sentó al piano y, tras exclamar emocionada "Hola mamá, hola papá", tocó "Million Reasons", una balada de su último álbum "Joanne", mientras sus seguidores sostenían antorchas luminosas. 

Para cerrar, Lady Gaga eligió un tema más bailable, "Bad Romance", que cantó enfundada en un top blanco con hombreras que asemejaban alas. "¡Super Bowl 51!", exclamó finalmente y saltó del escenario.

A pesar de las especulaciones en los medios sobre alguna mención, la cantante no hizo ningún comentario sobre el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.