Tras varios meses con el útero y la zona abdominal estirada, es normal que, una vez dado a luz, la zona se vea un tato debilitada, por lo que tarda un tiempo en volver a un estado normal y en recolocarse los órganos.
Pero no hay que preocuparse por este efecto, porque tiene solución. Muchas mujeres utilizan como ayuda, bajo consentimiento médico, las fajas postparto, como es el caso de Jesica Cirio.
Para las que no saben, se trata de una faja abdominal especialmente diseñada para amoldarse al cuerpo de una mujer que haya tenido un parto recientemente. Durante el embarazo, las estructuras musculares de la zona abdominal, que forman lo que también se llama "faja abdominal", se desplazan para que el feto tenga espacio dentro del cuerpo, además de que el útero se expande con el mismo fin.
Una vez tenido lugar el parto, la zona abdominal queda flácida, dando sensación de incomodidad y vacío a la reciente madre, y probablemente provocando descontento por la figura que se ha perdido.
Las fajas postparto tienen la función de ayudar a esa zona abdominal a recolocarse con mayor rapidez, ya que aplica fuerza en la zona abdominal debilitada, y provoca una sensación más cómoda para la mujer. No obstante, su uso no ha de ser continuo ni azaroso, nuestro médico nos indicará el tiempo que debemos de llevarla al día, y durante cuántas semanas.