En la Argentina, el 60% de las mujeres que usan Instagram, aplican filtros o editan sus fotos antes de publicarlas. Las redes sociales están a la orden del día, pero también, del mercado: por lo que cada vez que muchas y muchos estamos a punto de publicar una imagen, probablemente revises el color, tu postura frente al lente y le quieras hacer algunas modificaciones, ¿Pero qué clase de ajustes? ¿Por qué sucede esto?

Con la expansión de las herramientas digitales creció también el uso de aplicaciones que permiten además de saturar el color de las fotos, agregarles glitter, jugar trivias, tapar "las imperfecciones". Muchos filtros están diseñados para retocar completamente nuestra imagen: agrandar ojos, expandir labios, afinar el mentón. 

Situación que incluso genera una distorción de la imagen no sólo que brindamos de nosotras y nosotros mismos sino de la que consumimos, muy distante de la que devuelve el espejo. 

En este sentido, la periodista Aldana del Giudice de Filo . News realizó un informe que aborda esta problemática. Y para ello conversó con las profesionales y creadoras de contenido, la dermatóloga  Irene Vera , la cosmetóloga Daniela "Dadatina" López y la activista y fundadora de Bellamente, Candela Yatche,  quienes reflexionaron del tema con una perspectiva diversa y comprometida.

"Pieles reales" es una iniciativa y guía hecha libro de Dadatina luego de que le llegaran mensajes de sus seguidores "tristes y decepcionados porque no se les veía la piel que ellos querían". "Es romper con este paradigma de que la piel solo está sana si no tiene poros, si no tiene acné, no marcas", puntualiza tiene.

"Hoy en día existen aplicaciones que con dos minutos podemos modificarnos el cuerpo por completo. Incluso hay filtros que en segundos nos modifican la cara. Es interesante ver que estos filtros de 'belleza' siempre buscan acercar los rasgos de nuestra cara hacia el ideal" , aporta Yatche, quien pone su acento en diversas problemáticas que persiguen los estándares de belleza como trastornos alimenticios, y más.

Respecto a esta problemática, el Ministerio Noruego de Infancia e Igualdad aprobó una ley que obliga a los y las influencers a comunicar cuándo hayan modificado una fotografía.

Vera aporta otro concepto: la dismorfofobia , que se entiende como "la percepción de disconformidad con el propio cuerpo, sintiéndolo anómalo en alguno de sus rasgos o características".

"Vemos imágenes en redes y nos comparamos con esas imágenes. Incluso nos podemos comparar con nuestras propias imágenes editadas", suma Yatche, también puntualizando en la exigencia del "amor propio": "Hoy en día se trasnmiten muchos mensajes del 'amate, aceptate' y a veces eso lleva un poco más de tiempo de lo que uno piensa".

Las profesionales coinciden como mensaje final "no estigmatizar" pero "tampoco dejar de controlar" con una consulta a especialistas en dermatología. "Porque la piel habla y nos está diciendo algo", cierran.