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Louta en Obras y la liberación de '2030' tras varios meses de confinamiento

El viernes 18, Louta presentó un show doble en Obras Sanitarias. Te contamos cómo se vivió el primer recital del cantante con público presencial.

Louta en Obras y la liberación de '2030' tras varios meses de confinamiento

Videos bailando en la vía pública -con barbijo puesto, claro-, un álbum explosivo y posteos en redes sociales con una energía tan positiva que traspasa la pantalla del smartphone y te contagia: Louta parece ser el único ser humano en la Tierra al que no le afectó la pandemia de coronavirus.

Y ahí está él, en una noche de viernes nublada. Parado sobre el escenario del Estadio Obras Sanitarias con una camisa a rayas deformes blanca y negra ajustada al cuerpo, unos pantalones de cuero negros y unas Jordan Low enfrentado a una buena cantidad de cuadriláteros que dividen al público en parcelas y hacen posible la realización de un recital musical en épocas de inminente distanciamiento social.

En el mismo año, Louta también hizo posible la realización de 2030, un álbum que, al contrario de su persona en este 2020, viaja de lado a lado sobre distintos géneros y sonidos. En su presentación oficial en Obras del disco que lo llevó a estar nominado en los Latin Grammy, aprovechó para colar algunos tracks de anteriores producciones para hacer de su recital un viaje emocional mucho más turbulento.

Foto: Toto Pons.

Y es que la performance de Louta, uno de los jóvenes talentos del país, es tan impredecible como eficaz. Tan misteriosa como segura. En fin, como el futuro: como la llegada del 2030. Primero el pop melancólico de “No me estás haciendo un favor” y después el frenetismo de “Media Hora” en una cantidad de tiempo menor a la que se recomendada para reponerse de la letra del primero. También es tan inverosímil como entonar el “Te arranca los dos ojo’ y lo’ usa’ ‘e condimento”, sufrir un electro shock y que comience a lloviznar para acompañar a la performance pseudocaótica que propone el track.

Louta no busca trazar un egotrip picante en sus producciones (egotrip que, dicho sea de paso, tranquilamente puede llevar adelante y nadie lo cuestionaría), sino que es agradecido con todos los que lo antecedieron en el mundo musical argentino. En “Amame”, uno de los hits de 2030, Louta aprovecha para tirarle un shout out a Carlos Gardel nombrándolo y referenciándolo con uno de sus tangos más emblemáticos: “Mi Buenos Aires querido”. Pero tampoco pierde la oportunidad de recordar en qué contexto estamos con una referencia pandémica adornada con una indirecta a ¿una mujer?: “Ya descubrí la vacuna… está hecha con tu propio veneno”.

Después del incentivador “Poco”, paradójicamente, el acting de Louta lo deja tumbado contra el suelo, donde una de las bailarinas lo revive con el sonido techno de “Cuentitos”, de su álbum Enchastre. “Cuentitos” le devuelve la vida a Louta y, con ese sonido electrónico y el sampleo de “Ghetto Kraviz”, transporta al público a una rave violenta que contrasta con el sentimentalismo de las primeras letras cantadas. De vuelta, de viaje.

Foto: Toto Pons.

Louta abre la palma de su mano. La mira fijo sin despegarle los ojos y comienza a sonar el beat del tema que le da nombre al álbum, “Enchastre” y que parte más de un corazón a la primera, segunda o tercera escucha: “Me hace alto ruido no poder llamarte más”…

Al finalizar, llega “Ayer te vi” y el cantante comienza a desplazarse sobre una plataforma móvil que recorrió todo el predio, pasando por todos los cuadriláteros y finalizando con un abrazo entre sus dos bailarines empapados por dos chorrazos de agua. Antes de “De este lado de la foto”, Louta escupe sus primeras palabras al público, casi como contando un silencio: “¿Todo bien?”.

Los moods mutan repentinamente. Ya con una gabardina de cuero negra puesta encima de la camisa, pasa de la humilde carta abierta que es "Argentina", dedicada al país al cual define como uno donde, en sus palabras, “la gente se muere de ganas de ser feliz”, a “Todos con el celu”, una canción que Brasil, aunque no lo sepa, necesita incluirla en el próximo tracklist del carnaval de Rio de Janeiro.

Y mientras Louta varía entre los rapeos y los estribillos cantados, una ballena azul inflable empieza a surcar el cielo delante de los ojos del cantante, sobrevolando los cuadriláteros y acaparando todos los flashes de las cámaras.

Foto: Toto Pons.

Después de un par de juegos con el público, es el turno de “Palmeras”, otro tema que fusiona el pop romántico con algunos rapeos sobre una base de trap cómoda que muestran lo versátil que es Louta hasta para pedir su cuarto de helado favorito: “Sambayón, menta y miel y el olor de tu piel”. Al término, se prenden las luces, Louta respira, se pone el micrófono sobre la boca de nuevo, pero esta vez es para llamar a sus compañeros de equipo. “Todos, todos”, alcanza a decir con la voz ya gastada. Efectivamente, llegan todos y, en una fila, se abrazan, hacen la reverencia artística protocolar dos veces y se despiden.

“No nos vamos nada, que nos saquen a patadas”, empieza a gritar un sector del público cuando todos los allí presentes desaparecen de escena. Tardan unos segundos en volver, pero vuelven. No se sabe si fue un amague o, por la manija, decidió soltar una canción más. No importa: es la última y hay que aprovecharla. Vuelve a tocar “Palmeras”, pero no importa; el público la sigue cantando.

Ahora sí, Louta se despega el micrófono de la cara mientras su público canta y levanta los brazos inclinados hacia él. Jaime James sabe lo que logró, sabe el público que tiene, sabe que tiene las herramientas para perpetuarlo y sabe que lo va a hacer.

Con una sonrisa fija que le cruza toda la cara, se sienta en uno de los parlantes del escenario a mirar, extasiado, a su gente. Él sabe todo, pero nosotros no sabemos qué está pensando. Quizás está pensando en la letra de “Somos tan Intensos”. Esa parte donde dice: “Dame lo que quieras, que yo estoy enorme”. No lo sabemos. Pero él sí.

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