Fernando Burlando sostuvo que la contundencia de las imágenes es "irrebatible", al iniciar la octava audiencia en el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de Dolores por el crimen de Fernando Báez Sosa, el joven que fue asesinado la madrugada del 18 de enero de 2020 en la puerta del boliche Le Brique, en Villa Gesell.

"Hay mucho tejido hemático de Fernando, eso nos permitió hacer una conexión, esto significa ni más ni menos que ratificar lo que vemos en las imágenes. Esto acredita el contacto, es indiscutible, es irrebatible", expresó el abogado que representa a Graciela Sosa y a Silvino Báez, en declaraciones a los medios que se agrupan frente al Palacio de Tribunales, para difundir las novedades.

"Es un dato más que confirmatorio, con mucha contundencia, que los acusados tengan sangre de Fernando en sus manos, en sus prendas", al tiempo que la presencia de ADN del rugbier Blas Cinalli en el dedo meñique de la mano izquierda" de la víctima y de "tejido hemático" de Báez Sosa "exclusivamente en la zapatilla" de Máximo Thomsen, el principal acusado.

Sumado a ello, en las últimas horas se conocieron audios de Cinalli que guardaba en su teléfono y que envió al grupo de rugbiers por WhatsApp, donde afirmaba: “Nos sacaron todos los patovicas, lo recagamos a palos mal. Nos agarraron del cuello, nos sacó la Policía, pero ganamos igual. (...) Dos convulsionaron, a uno lo mandamos al hospital, sin signos vitales”.

Por su parte, la familia de Fernando Báez Sosa prepara un homenaje para el próximo 18, al cumplirse tres años del homicidio. Tal como informó Graciela a los medios en la jornada de ayer, realizarán una colecta de alimentos no perecederos y útiles escolares y una oración intrarreligiosa en su memoria para "convertir el profundo dolor por la ausencia" de su hijo "en solidaridad y ayuda para los demás como él querría".