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Argentina-Islandia | Detrás de una idea, pero sobre todo detrás de Messi

A horas del debut del seleccionado, ya no hay lugar para dudas; Sampaoli confirmó el equipo que suponíamos todos
Argentina-Islandia | Detrás de una idea, pero sobre todo detrás de Messi

Ojalá que el equipo juegue consolidado detrás de una idea, como asegura que lo ve Sampaoli. Será así si se muestra agresivo para recuperar, ancho para avanzar y concreto para atacar. Ojalá que la paciencia no se transforme en lentitud. Si la circulación de pelota no es rápida, el rival tiene tiempo para organizarse. 

Ojalá que Caballero decida lo bien que suele decidir con los pies y, ya que sigue siendo lo más importante en un arquero, no le pese la inactividad al momento de atajar. Que Salvio permita amplitud y profundidad, y que su puesto no parezca un experimento cuando tenga que cerrar como lateral. Que Otamendi sea el de la mayor parte de la temporada y Rojo, que casi no jugó en el año, vuelva a sorprender en un Mundial. Y que Tagliafico demuestre lo que es: ante todo, un jugador inteligente.

Argentina necesita que Mascherano y Biglia no se superpongan. Que no se dividan sólo el campo a lo ancho sino que la pidan en distintas líneas. Que al primero le dé resultado su preparación especial: se fue a jugar a China para jugar seguido y por el contrato, pero entendió que debía que prepararse también de manera individual. Que el segundo sea, además del jugador de los entrenadores, el de la opinión pública. Y si no es pedir mucho, que no se sienta la ausencia de un organizador desde la primera línea; Lo Celso, sin ir más lejos.

Del medio hacia adelante se mezclan los históricos con la novedad. A Meza, el último en entrar en los once, no se le puede pedir que sea la figura; simplemente bastará con la rebeldía que mostró en el 1-6 ante España. Ojalá que los jugadores entiendan a Messi, que se le muestren y lo habiliten rápido, antes de generar el gesto de fastidio del 10. En ese sentido, que Di María no se aísle; que en vez de sólo buscar el final de la cancha también se asocie. Es un jugador que puede hacer diferencia también en un Mundial. Como también lo es Agüero, delantero de élite mundial en los equipos y no así a nivel selección. Le faltan goles importantes con la camiseta nacional: qué mejor, más allá de que no llegue a pleno, que comience con ese gol mundialista que le falta.

Cristiano revolucionó el Mundial en su debut. Queda claro que quiere que sea su Copa. Difícil ver un jugador con tantas ganas de ser el mejor del mundo. Son las mismas que tiene y tuvo en estos años Messi. Se alimentaron uno a otro, se obligaron. No será la primera vez que el 10 argentino juegue con la vara alta.

Los que conocen a Messi lo ven más confiado que nunca en sus condiciones. Ya no le molesta un equipo que tienda a la solidez defensiva. Al contrario, promueve la dupla de dos volantes centrales. Sabe que si sus compañeros mantienen el cero, él tiene que romper el del rival. Lo asume y así se prepara. Como a Cristiano, le sobra mentalidad, que lo lleva a querer ganar después de haber ganado tanto. La victoria que le falta es la que lo haría resignar casi todas las demás.

 
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