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Salud

El ayuno intermitente ¿es bueno o malo?

¿Es cierto que el ayuno intermitente ayuda al tratamiento y la prevención de algunas enfermedades como la obesidad, la diabetes, la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer y ciertos trastornos neurológicos?

El ayuno intermitente ¿es bueno o malo?

A raíz de un trabajo recientemente publicado en "New England Journal of Medicine", en los últimos días mucho se ha hablado sobre el ayuno intermitente, método que demuestra su efectividad para el tratamiento y la prevención de algunas enfermedades como la obesidad, la diabetes, la enfermedad cardiovascular, algunos tipos de cáncer y ciertos trastornos neurológicos.

¿Qué es el ayuno intermitente? Es un modelo de alimentación que va por ciclos, con periodos de ayuno y de comer que, a diferencia de lo que muchos creen, hace mucho más que solo restringir la ingesta de calorías, también cambia las hormonas del cuerpo para que puedan hacer un mejor uso de tus reservas de grasa.

Se hizo una revisión de más de 70 estudios, realizados en modelos animales, y revelaron que el ayuno intermitente puede mejorar la salud a lo largo de la vida. Una conclusión muy prometedora en un contexto sanitario como el actual donde la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo, y la incidencia de los factores de riesgo: colesterol elevado, hipertensión arterial, sobrepeso y obesidad, sedentarismo, alimentación poco saludable, tabaquismo, entre otros; es cada vez mayor.

Sin embargo, "creemos que se trata de una alternativa más, como tantas otras. La evidencia disponible corresponde a estudios realizados en animales. No nos permite evaluar si es algo que pueda ser sostenido en el tiempo. Requerirá de muchas más investigaciones poder arrojar una conclusión acerca de la efectividad del ayuno intermitente para ayudar a resolver el problema de la obesidad y las enfermedades no transmisibles", señaló el Dr. Jorge Tartaglione, presidente de la Fundación Cardiológica Argentina.

"El contexto actual, donde la obesidad es una epidemia mundial, convoca a un compromiso conjunto de todos los Estados, las Sociedades Científicas y de toda la población para poder combatirla. Hoy el mundo occidental nos encuentra con un patrón alimentario, de 4 a 6 comidas diarias, que también ha planteado sus interrogantes y limitaciones, un modelo que ha sido adoptado culturalmente sin ninguna evidencia científica que lo sustente. Entonces por qué no preguntarnos acerca de la viabilidad de otras alternativas alimentarias que contribuyan a detener este flagelo que es la obesidad", agregó Tartaglione.

"Poder pensar en un cambio de paradigma que nos lleve hacia una vida más plena, saludable, con menos enfermedad y muerte por causas no transmisibles, es una discusión que debemos dar", finalizó.

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