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Ciencia

¿Por qué pensar puede ser tan agotador?

La acumulación de una molécula en tu cerebro te está pidiendo por favor un descanso.

¿Por qué pensar puede ser tan agotador?

No te pasa solo a vos: una carga excesiva de trabajo o de estudio, bien por la complejidad que exige o por el tiempo que demanda, puede dejar a cualquiera con ganas de desplomarse en el sillón. Pero, ¿por qué nos cansamos tanto de pensar? 

Algunas investigaciones muestran que la tensión mental puede tener efectos en parámetros fisiológicos como la variabilidad del ritmo cardíaco y el flujo sanguíneo, aunque estos tienden a ser sutiles. En un nuevo estudio, un equipo de neurocientíficos buscó averiguar si la fatiga cognitiva podría estar relacionada, también, con cambios metabólicos en el cerebro.

Para ello, idearon un experimento en el que dos grupos de personas realizaron tareas cognitivas que requerían memoria, concentración y atención a los detalles (con un nivel de dificultad distinto según el grupo en el que se encontraban) durante poco más de seis horas, con dos descansos de diez minutos.

Asimismo, mientras los participantes se concentraban en su trabajo, los investigadores utilizaron una técnica llamada espectroscopia de resonancia magnética para medir los niveles de glutamato (un neurotransmisor excitador del sistema nervioso central) en una región del cerebro llamada corteza prefrontal lateral.

Esta región está involucrada en muchos procesos cognitivos superiores o complejos como la toma de decisiones, el razonamiento y algo que los autores llaman "control cognitivo", relacionado con el control de los impulsos.

En palabras de uno de los autores, se trata del sistema en el que confían los humanos para elegir recompensas tentadoras a corto plazo en lugar de ganancias mayores a largo plazo. Como a mayor fatiga mental menor es el control cognitivo, este experimento ofreció a las personas una pequeña recompensa de 40 euros de forma inmediata, o bien una recompensa mayor de 50 euros en un mes, para evaluar cómo crecía la fatiga con el tiempo.

En azul, la corteza prefrontal lateral.

Según pudieron observar, los participantes que trabajaron en la tarea más difícil habían acumulado más glutamato al final del día que los que trabajaron en la tarea más fácil. Y, al tener que elegir entre una recompensa menor pero inmediata y otra mayor que vendría tiempo después, era más probable entonces que eligieran la primera.

En una cultura que promueve la productividad y piensa en la capacidad de trabajar demasiado como una insignia de honor, estos resultados vienen a cuestionar tales imperativos y ponen énfasis en la necesidad de prestar atención al fenómeno de la fatiga cognitiva. En sus hallazgos, publicados en la revista científica Current Biology, los autores explican que demasiado glutamato puede alterar la función cerebral. "El trabajo cognitivo da como resultado una verdadera alteración funcional, la acumulación de sustancias nocivas, por lo que la fatiga sería una señal que nos hace dejar de trabajar, pero con un propósito diferente: preservar la integridad del funcionamiento del cerebro", señala el autor Mathias Pessiglione, de la Universidad Pitié-Salpêtrière en París, Francia.

Un período de descanso, por otro lado, podría permitir que el cerebro restablezca la regulación adecuada de ese neurotransmisor. Ahora, ¿hay alguna forma de evitar esta limitación de la capacidad de nuestro cerebro para pensar mucho? No realmente. "Emplearía buenas recetas antiguas: ¡descansa y duerme! Hay buena evidencia de que el glutamato se elimina de las sinapsis durante el sueño", finaliza Pessiglione.

En estudios futuros, esperan saber por qué la corteza prefrontal parece especialmente susceptible a la acumulación de glutamato y la fatiga; y también sienten curiosidad por saber si estos mismos marcadores de cansancio en el cerebro pueden predecir la recuperación de problemas de salud, como la depresión o el cáncer.


 

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