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Comida #chegusán

3 planes para juntarte a comer y ser feliz con amigos

Fin de semana otra vez: ¿ya armaste programa? Si en tu grupo humano hay gente que siente más con la panza que con el corazón, apuntá estos lugares y hacé las invitaciones pertinentes. 

3 planes para juntarte a comer y ser feliz con amigos

Este sábado 27 y domingo 28 de abril, la ciudad está saturada de planes: está el festival FECA para los amantes del café; Mesa Compartida, el ciclo que combina los platos de seis cocineras geniales y la cerveza de Stella Artois; el mercado de estación y las actividades de Juliana López May en la Usina del Arte, y más. Si lo tuyo no son los grandes eventos y preferís hacer algo más íntimo con tus amigos en lugar de rodearte de gente desconocida, tenemos todavía más alternativas para ofrecerte. Acá van tres planes para los mediodías de sábado y domingo (¡lo mejor del fin de semana es salir de día!) y una opción especial de cena para el sábado a la noche. El viernes lo dejamos afuera porque la lluvia da ganas de dormir. 

Sábado al mediodía

En el octavo piso de un edificio en Colegiales que no dice absolutamente nada de afuera, Anafe funciona hace un año con bastante éxito gracias a todas sus fortalezas: comida muy cambiante, sorprendente y siempre rica de la mano de los cocineros Micaela Najmanovich (que comparte sus recetas en Chegusan) y Nicolás Arcucci, pareja sub 30 que la rompe; un lugar atípico, con mesas y sillas escolares, atmósfera sencilla y cálida y un balcón terraza que lo es todo cuando hay sol; una gran selección de vinos a precio justo, en su mayoría verdaderas perlitas; y un servicio joven, atento y amigable. Abre de miércoles a viernes todas las noches, sábado mediodía y noche y domingo, solo brunch. Esto último es un capítulo aparte del que ya hablaremos en otra ocasión, pero este sábado 27 invita a una visita diurna porque Francisco Seubert, propietario de Atelier Fuerza y proveedor de los panes de masa madre de Anafe desde sus inicios, se acerca a sumar sus propios platos para el almuerzo. En total son cuatro que se agregan a la larga lista de opciones chicas y medianas para compartir: palmeritas con jamón y queso, grilled cheese con relish y pickles, danesa de manzana y membrillos y hot cruss bun ice cream sandwich. Hay que reservar y pedir la dirección exacta por mensaje privado en Instagram. 

Sábado a la noche

Otro espacio fuera de serie en el mismo barrio. Esta vez, en una esquina a la vista que ante algún despistado podría pasar desapercibida, pero difícil: Tito Livio, con su cartel de neón anunciando "objetos / bar", es un lugar chico pero de contenido enorme. En su salón con entrepiso se acumulan decenas de hallazgos de otros tiempos. Sillas, mesas, adornos, cositas de bazar, lámparas, cuadros: en medio de todo eso, uno se puede acomodar para tomar un café y optar por una comida al paso, aunque la posta es ir con uno o más amigos a escuchar música en vivo y disfrutar de la eventual "apericena" cuando está en calendario. Este sábado a las 21.30 horas, con una entrada de $100, hay tapeo a la italiana (que en otras oportunidades incluyó albóndigas de carne con pesto de rúcula, pancitos negros con ragú, focaccia con tomates secos, entre otras recetas simples y tentadoras) y show de jazz de la mano de Those Folks (voz, piano, batería, bajo). Se toman reservas por teléfono al 11-5765-5381 / 2050-9910 y la dirección es Virrey Avilés 3502, esquina Delgado. 

Domingo al mediodía

Donde antes estaba Olsen, en esa propiedad palermirtana espectacular con una chimenea imponente, jardín arbolado y decoración de rasgos minimalistas, hoy funciona Jagüel: de los mismos dueños de Tetuán y Benaim, combina las cualidades propias de una parrilla moderna de buen nivel con el espíritu juvenil de esos otros emprendimientos pensados para un público más descontracturado. Hay bancos de plaza, mesones para sentarse de a varios y una dinámica self service que funciona con mayor prolijidad que en otros locales de la zona (y de Buenos Aires en general). Aunque está en plena transición, sofisticando su propuesta y pensando en implementar el sistema tradicional con meseros, por ahora Jagüel perfila como el lugar ideal para reunirse con gente querida y salir de la comida al paso o de los platitos que superpueblan la mesa: acá el plan es pedir un buen corte de carne o la pesca del día (las porciones son muy abundantes así que pueden compartirse de a dos) y tomar vino. En los fuegos está Martín Caricot, uruguayo que vive dividido entre su patria y la nuestra, criado en el campo y miembro de una familia productora de lácteos. La cocina lo envuelve desde chico: en el tambo aprendió a elaborar la materia prima y en su casa a prepararla para llevarla a la mesa. Después se formó en la gastronomía francesa, trabajó en otros lugares del mundo y volvió a sus latitudes para comandar restaurantes. Acá trabaja con una parrilla enorme, doble (una mitad tiene el brasero oculto, como suele ocurrir en Argentina, y la otra mitad lo tiene en el medio, a la usanza uruguaya), de donde salen excelentes ojos de bife y cortes menos comunes como la arañita. También hay un horno de barro que es su amor verdadero: ahí hace empanadas de carne y provoletas francamente hermosas. Otros hits de la casa son las croquetas de morcilla -los embutidos los hace un talentoso señor octogenario, conocido de Martín- y el buffet de ensaladas, donde se amontonan opciones como cebolla caramelizada con chutney de tomate, zucchinis grillados con ricota casera, berenjenas con alioli, brócoli curado, coleslaw, quinoa, lentejas y sigue la lista. Para beber, lo mejor es lo que ya dijimos: el vino, que viene por copa (hay etiquetas como Traslapiedra, Finca Suárez, Manos Negras). Al mediodía abre solo los fines de semana, así que conviene aprovechar la oportunidad para experimentar el jardín, con toldos y calefacción en caso de ser necesario. La dirección es Gorriti 5870. 

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