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El nene afgano que conoció a Messi debió huir de su país y dejó sus regalos

Murtaza Ahmadi ha cumplido el sueño de salir de la mano del crack argentino pero desde hace dos años su vida se convirtió en un infierno.

El nene afgano que conoció a Messi debió huir de su país y dejó sus regalos
El nene afgano debió abandonar su país y dejó los regales de Messi

En el año 2016, el pequeño afgano conmovió al mundo cuando se viralizó una foto suya con una camiseta de Lionel Messi de Argentina, hecha con una bolsa celeste y blanca y escrita con marcador. Tras esa imagen, Barcelona decidió concretar el sueño del joven y Leo se prestó para cumplirlo.

En un partido en Qatar, Murtaza salió de la mano del rosarino y emocionó a todos cuando se mostró a su lado todo el tiempo y debió retirarse en brazos del árbitro para permitir que se lleve adelante del partido. Tras el juego, el niño se llevó de regalo dos camisetas y una pelota autografiada que atesoró hasta hace algunos días.

Murtaza junto a Messi en una exhibición en Doha. Foto: Twitter @FCBarcelona_es

Tras su regreso al pequeño pueblo de Jaghori, en la provincia sureña de Ghazni, despertó la envidia de los habitantes y los padres aseguraron que muchos creyeron que Messi les había entregado dinero, por lo que intentaron robarles o secuestrar al niño, por lo que decidieron no enviarlo al colegio en dos años.

Sin embargo, todo iba a empeorar. A principios de noviembre, los talibanes invadieron la ciudad tras 17 años de paz y se obligó a abandonar la ciudad a la familia, hacia Kabul. "Echo de menos nuestra casa en Jaghori, aquí no tengo un balón y no puedo jugar al fútbol o salir fuera", expresó Murtaza a EFE.

Murtaza Ahmadi, con sus regales en 2016. Foto: Twitter @FCBarcelona_es

Sin embargo, lo más triste para el joven es que al escapar de noche, se vio imposibilitado de llevarse los regalos de la Pulga y los dejó abandonados en su hogar, a la espera de poder encontrarlos una vez que regrese.

La familia Ahmadi vivía de la cosecha de productos agrícolas en su ciudad de residencia y que ahora en Kabul sale adelante con la ayuda de familiares y de las ONG. Más allá de esto, es claro que pretenden irse del país y en varias oportunidades fueron rechazados de abandonar su país, aunque ahora, las oportunidades parecen crecer.

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