La ley de Educación Sexual Integral fue legislada en el año 2006 pero el debido protagonismo llegó años después, cuando a través del histórico debate por el aborto legal en el Congreso, se transformó en un factor y carta fundamental tanto para la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal como para el lado de los y las antiderechos. 

La idea y la base de dicha normativa es, básicamente, dar información útil a las infancias y adolescencias para que puedan estas sobrevivir a un mundo exterior que tiende a ser abusivo y violento. La información dada abarca cientos de temáticas distintas pero se centra, sobre todas las cosas, en el respeto, los límites y el cuidado. 

Un estudio del Ministerio Público Tutelar (MPT) de la Ciudad de Buenos Aires reveló que entre el 70 y el 80 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de entre 12 y 14 años que pasaron por la Sala de Entrevistas Especializada, comprendieron que fueron abusados o abusadas después de recibir clases de Educación Sexual Integral (ESI).

Si bien este dato no llama la atención, deja muy en claro la importancia de la ESI en las escuelas y su correcta aplicación en toda la currícula estudiantil. El estudio también indica que las infancias y adolescencias que entendieron que sufrieron conductas abusivas, lo hicieron a partir de resignificar situaciones que vivieron con los conocimientos adquiridos en la clase de ESI.

Los cuidados sobre el cuerpo, las conductas y tocamientos que no son "normales" y que constituyen abusos, son claves a la hora de abordar dicha ley y fundamentales para entender, desde las primeras infancias, los límites. Límites que salvan y dan tranquilidad pero además que les preparan para lo que viene. 

Aún así, cabe destacar que la Ley de Educación Sexual Integral no se cumple de forma correcta en nuestro país, la capacitación de docentes no es obligatoria y si bien debería ser trasversal a todas las materias, con sólo dar 4 talleres al año, las instituciones educativas pueden tildar la ESI como dada.