El pasado martes llegó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos el caso de Paola Guzmán Albarracín, la joven ecuatoriana de 16 años que se suicidó después de dos años de abusos por parte del vicedirector de la escuela, Bolívar Espín.

Por qué es histórico? Se trata del  primer caso de abuso sexual en el ámbito escolar que llega a la Corte. Es por eso que, durante la audiencia pública, el gobierno de Ecuador admitió su responsabilidad y pidió disculpas a la madre de la menor, Petita Albarracín, por las "acciones y omisiones del Estado".

Según Unicef Ecuador, el suicidio es la principal alerta en adolescentes, seguido por la tasa de embarazo en niñas de 10 a 14 años (3 por 1.000 adolescentes), violencia, abuso de sustancias adictivas y alcohol, y desnutrición crónica. Además, según la Comisión AAMPETRA, el 60% de agresiones sexuales en el ámbito escolar no llegan a juicio.

Por esa razón, cientos de mujeres en redes sociales exigieron justicia por Paola, mientras que muchas se presentaron frente al ministerio de Educación para interpretar la canción de Las Tesis "El violador eres tú".

Previamente, el caso ya había sido presentado frente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2006; en esta oportunidad llega a la CorteIDH, quien emitiría una sentencia a mitad de este año. En caso de que el juicio falle a favor de la familia de Paola, el Estado deberá adoptar medidas para que no vuelvan a ocurrir este tipo de casos.

El caso 

Paola Guzmán asistía al Colegio Nacional Técnico Miguel Martínez, situado en Guayaquil. Los abusos comenzaron a los 14 años, cuando había pedido ayuda para las materias, y duraron dos años. 

Tiempo después Paola quedó embarazada del vicedirector, quien le dio plata para abortar. El médico de la escuela, Raúl David Ortega Gálvez, le dijo que la ayudaría si accedía a tener relaciones sexuales con él.

El 12 de diciembre de 2002, luego de esta situación, la menor ingirió fósforo blanco. Al llegar a la institución, el personal la obligó a rezar a modo de castigo, en lugar de darle atención médica. Tres horas después dejaron que las compañeras llamaran a la mamá. Paola murió un día después.

"El abuso que vivió mi hija lo sabían todos, lo sabía el rector, los profesores, las compañeras y no me dijeron nada", reclamó Petita sobre el caso. En diálogo con LATFEM, agregó: “Lo único que he pedido siempre es justicia para mi Paola, ya que en mi país no lo hubo, porque yo no quiero que ninguna niña vuelva a pasar lo que pasó mi hija. Porque yo siempre repetiré que el Estado debía protegerla, pero no lo hizo”.