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"No es nuevo, siempre fue así": la carta del papá de Santi Maratea

El influencer logró recaudar la plata necesaria para el tratamiento de Emmita y en redes se viralizó una carta donde su padre revela algunos detalles de la infancia de Santiago.

"No es nuevo, siempre fue así": la carta del papá de Santi Maratea

Primero fueron las donaciones y camionetas para la comunidad Wichi; luego vinieron la Fundación Empate y la Asociación Madres Víctimas de Trata; y ahora Emmita, la beba con AME que podrá acceder al medicamento más caro del mundo. En el medio de todas estas colectas y acciones solidarias, estuvo el compromiso de Santi Maratea.

A través de sus redes sociales, el influencer contó la situación de cada una de estas familias y asociaciones, y pidió por la solidaridad de todos para ayudarlas, ya sea para brindarles ropa, alimentos y vehículos, evitar el desalojo de ONG's o recaudar fondos para que una beba de siete meses pudiera acceder a un costoso tratamiento médico.

Sin embargo, esta actitud no es nueva en Santiago, y así lo contó su padre hace unos meses a través de un posteo que compartió en su cuenta de Instagram.

El chico que nunca cambio

Cuando tenia 13 años, y como le iba mal en el colegio, decidimos que no sería parte de una gira deportiva. ¿Y qué hizo? Le regaló el dinero que había juntado sólo para esa gira a uno de sus compañeros.

Ya un poco más crecido con Mariana decidimos que no podía estar todo el día en su cuarto jugando con el “telefonito” y le impusimos que de 9 a 17 no podía estar en casa. Caminó por plazas y paseos solo, pensando, y apareció la primera idea. Pedirle a los kiosqueros que le regalen alfajores que él iba a regalar a desconocidos y subir a YouTube los videos de ese momento nombrando al kiosko.
De ahí paso a regalar pañuelos, zapatos, dinero a desconocidos (ese dinero salía de su bolisllo... o quizás del nuestro también).

Santi siempre fue así. Su corazón es noble su espíritu puro y su propósito es ayudar a crear un mundo más solidario, más unido, mejor.

Luego empezó con mil pesos de propina, también de su bolsillo y de amigos; luego con asistencia de su red
siguió apostando y regaló un Chevrolet Onix a una fundación, parlantes panacom, y otros productos; ayudó a Omar a financiarse sus estudios de derecho en Buenos Aires; y luego lo que todos sabemos: dos camionetas para la comunidad wichi, más las donaciones, y ahora la remató con la casa para las madres de la trata y demás.

No es nuevo, Santi siempre fue así. Su corazón es noble su espíritu puro y su propósito es ayudar a crear un mundo más solidario, más unido, mejor. Es un orgullo para mi, pero estoy seguro que el espíritu y la guía de su madre lo están acompañando, como lo hizo siempre, porque fue ella quien instaló en Santi el amor por el prójimo. Gracias Santi Maratea.

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