Las imágenes duran un puñado de segundos, pero bastan para ver el momento en el que el grupo de hombres que estaban a bordo del buque Seabed Constructor halló al submarino ARA San Juan, horas después de que se cumpliera un año de su desaparición.

"Un gran pieza, mira", dice uno de los especialistas mientras señala en una pantalla las imágenes tomadas por los vehículos autónomos no tripulados (AUV), que descendieron a aproximadamente 900 metros de profundidad del mar para investigar la zona -denominada 15A-4- donde se había concretado el último contacto de la nave.

La estrategia de búsqueda

Según explicaron fuentes que llevaron adelante la búsqueda, la empresa estadounidense Ocean Infinity, encargada del Seabed Constructor, decidió empezar la exploración en los lugares más accesibles para proteger los ROV sumergibles, que son naves de inmersión de última tecnología y muy costosos, de posibles riesgos durante el operativo.

Por este motivo, pudo haberse demorado el descenso al punto donde se encontró al ARA San Juan, a 907 metros de profundidad.