El equipo comandado por Marcelo Bielsa, Leeds, está pasando su peor momento desde la llegada del argentino hace tres temporadas, y a pesar de las fuertes críticas recibidas, descartó la posibilidad de dar un paso al costado. En este semestre solo ganó solo uno de los últimos ocho partidos que jugó y perdió seis, con 29 goles a favor y 60 en contra, siendo el más goleado del certamen inglés. 

En la última semana cayó contra Manchester United por 4-2 y ante Liverpool por 6 a 0. Estos pésimos resultados lo colocan en la 15ª posición con 23 puntos, a tan solo tres puntos de los puestos de descenso. Tras el partido, el DT se mostró preocupado por el presente del equipo y descartó renunciar.

En este sentido, en la conferencia de prensa le preguntaron: "¿Todavía tiene confianza en que tiene las ideas para revertir esta situación?", y contestó de forma contundente: "Por supuesto". Además, sostuvo que esta situación "lo afecta".

En una temporada totalmente negativa para la institución, en la que esperaba pelear por los puestos de clasificación a las copas, los resultados no son los esperados. Ante esta situación, Bielsa diagnosticó los problemas del equipo: "La cantidad de goles recibidos por supuesto que influye de manera decisiva en los resultados que obtenemos. Ningún equipo puede pensar en progresar dentro de la competición si tiene una debilidad defensiva tan manifiesta como la nuestra". 

"Creo que perdí eficiencia en la forma en que jugamos. No es un problema solo de cómo defendemos, sino del funcionamiento total del equipo. No defendemos bien o mal dependiendo de la última línea del equipo. Tampoco atacamos bien o mal dependiendo de la línea ofensiva. Somos un equipo donde una cosa condiciona la otra. Ese vínculo ha dejado de ser eficaz", remarcó.

Por último, destacó: "Teníamos una ruta distintiva que era la velocidad en las transiciones. Atacamos sin que eso nos impidiera defender cuando teníamos el balón. Podríamos defender sin que eso nos lo impidiera. Ahora bien, esta transición no está ligada a la falta de deseo. Eso nos está costando. Se nos está haciendo difícil recuperar el balón y mantener la posesión. Estamos con la pelota, pero sin capacidad de dañar al rival, y cuando la perdemos de alguna manera facilitamos sus ataques".