Aquel gol del debutante Cristian Nahuel Barrios sobre la hora frente a la Universidad Católica de Chile, el 25 de abril pasado, le dio una vida más a San Lorenzo en una Copa Libertadores que lo tenía a mal traer. Sin embargo, lo que ni sus hinchas se imaginaban era que esa noche, daría vuelta una historia que estaba al borde del abismo.

Hoy, casi un mes después de ese milagro, el Ciclón no solo le escapó a los malos resultados, sino que abrochó un sprint de seis victorias en seis partidos y se metió a pelear en los dos frentes: es el único escolta de Boca en el torneo local (suma 26 puntos, tres menos que el Xeneize) y está en los octavos de final.

En el certamen continental, después del 2 a 1 ante el equipo chileno, el conjunto azulgrana concretó dos triunfos para el recuerdo: un 3 a 0 a Paranaense en Brasil que encendió las esperanzas, y la agónica victoria por 2 a 1 ante Flamengo que selló el boleto a la siguiente ronda.

El repunte también se dio en el ámbito local. Cuatro días después del gol del joven Barrios, por el Torneo de Primera División, el equipo que dirige Diego Aguirre dejó atrás dos derrotas en fila (Atlético Tucumán y Temperley) y le ganó Gimnasia de La Plata. Entonado, se quedó con la victoria frente a Rosario Central a la fecha siguiente y celebró tras llevarse el clásico ante Huracán.

El tanto de Barrios originó una sonrisa en todo San Lorenzo que crece partido a partido. Ahora bien, ¿el Ciclón irá por todo o elegirá alguno de los dos platos?