Pasados cinco días del terremoto que azotó parte de Turquía y Siria, las autoridades confirmaron que el número de víctimas ascendió a 24 mil, mientras que el presidente turco, Tayipp Erdogan, sostuvo que los rescatistas "deberían haber actuado más rápido".

El lunes pasado, un terremoto de una magnitud de 7,8 desencadenó la catástrofe en el sureste de Turquía y noreste de Siria, con el epicentro en el distrito de Pazarcik. Desde entonces, rescatistas trabajaron durante día y noche, pidiendo silencio para escuchar cualquier sonido de vida bajo los escombros para rescatar a las víctimas.

"Aunque ahora mismo tenemos el mayor equipo de búsqueda y rescate del mundo, es una realidad que las labores de búsqueda no son tan rápidas como quisiéramos", expresó Erdogan.

Hasta el momento, 20.213 muertes fueron confirmadas en Turquía y 3.500 más en territorio sirio. Además, cientos de miles de personas perdieron su hogar y quedaron en condiciones desoladoras sin abrigo ni comida para los próximos días.

En este escenario, las autoridades confirmaron el rescate con vida de Christian Atsu, reconocido jugador de fútbol ex Chelsea, pero luego fue desmentido, y la esposa pidió que "envíen recursos para sacar a la gente de los escombros, especialmente a mi pareja y padre de mis hijos". Así detalló además que los rescatistas saben dónde se encuentran las víctimas, pero no tienen "el equipo necesario para sacarlos".

Con el número de víctimas contabilizado hasta el momento, el terremoto constituye la séptima catástrofe más grande de este siglo, por encima del tsunami que azotó a Japón en 2011.