El cierre del primer trimestre del año y en la antesala de las Reuniones de Primavera del FMI y el Banco Mundial, Christine Lagarde tomó la palabra parar analizar los primeros pasos de la economía global de 2019, golpeada por conflictos en las principales potencias en la materia y con el Brexit como condimento especial.
En este panorama, la titular del Fondo no mostró optimismo sobre los próximos meses y advirtió que "el repunte previsto del crecimiento mundial a finales de este año es precario". "El crecimiento ha seguido perdiendo ímpetu, como recogen nuestras previsiones actualizadas que publicaremos la próxima semana", advirtió.
Según expresó, esta caída en el crecimiento está fuertemente vinculado a los elevados niveles de deuda en algunos sectores y países, las tensiones en torno a la política comercial y la sensación de intranquilidad en los mercados financieros, con gran responsabilidad en lo que ocurre entre Gran Bretaña y su salida de la Unión Europea.
"En enero, el FMI proyectó un crecimiento mundial para 2019 y 2020 de alrededor del 3,5%, más bajo del que hemos visto en los últimos tiempos, pero que aún es razonable", destacó Lagarde en su discurso, donde también destacó su trabajo con países del mundo, donde destacó los casos de Ucrania, Egipto y Argentina.