La familia había sufrido tres robos, por lo que decidieron electrificar el cerco del fondo de su casa para prevenir hechos delictivos, pero no creyeron que algo así podía pasar.
El trágico hecho sucedió en el barrio San Nicolás, en Tucumán, cuando una madre de 33 años corrió para evitar que su hijo mayor, de 10 años, toque el alambrado eléctrico. La mujer llegó a salvarlo, pero recibió una descarga mortal al hacer contacto con el metal electrificado.
El chico de 10 años solo terminó con un raspón en la pierna izquierda gracias al acto heroico de su mamá.
Según explicó el marido de la víctima a La Gaceta, a le dio una corriente eléctrica. "Yo había puesto unos cables de alta tensión en la parte trasera de la casa porque nos habían entrado a robar en tres oportunidades", dijo el padre de los tres chicos.