En la jornada del sábado, el Papa Francisco se hizo presente en Francia donde fue recibido por el presidente Emmanuel Macron, recorrió un barrio carenciado y pidió una respuesta paneuropea a la migración y evitar los "nacionalismos beligerantes".

Mediante un extenso discurso en Marsella, el argentino explicó: "Hay un grito de dolor que es el que más retumba de todos, y que está convirtiendo el mare nostrum en mare mortum, el Mediterráneo de cuna de la civilización en tumba de la dignidad: Es el grito ahogado de los hermanos y hermanas migrantes". Los mencionados términos latinos significan "nuestro mar" y "mar de la muerte".

Teniendo en cuenta que varios países europeos como Italia, Hungría y Polonia, tienen una posición contraria a la inmigración, reclamó por "un amplio número de entradas legales y regulares" y que se escuchen "los gritos de dolor que se elevan desde África del Norte y Oriente Medio".

Aunque no nombró ningún país de forma específica, exclamó: "¡Cuánta necesidad tenemos de esto en la coyuntura actual, cuantos nacionalismos anticuados y beligerantes quieren hacer desvanecer el sueño de la comunidad de las naciones!".

En el último tiempo, la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) aseguró que 178.500 migrantes han llegado a Europa a través del Mediterráneo durante 2023 y unos 2.500 murieron o desaparecieron.