Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y si bien es una frase muy cliché, ninguna representa tanto el momento vivido durante la noche del lunes. En un programa de televisión, durante una entrevista, la secretaria Legal y Técnica de la Nación, Vilma Ibarra anunció de forma sorpresiva que en noviembre el presidente Alberto Fernández enviará el proyecto para la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE).

"Es un compromiso que ya asumió el presidente y este un anunció oficial", sostuvo al aire la funcionaria y el segmento explotó en todas las redes sociales. Después de tantas idas y vueltas, al parecer el debate respecto a este derecho, sucedería antes de que termine el año. 

Y si bien la noticia movilizó a millones de personas, tanto a favor como en contra, hay una organización que fue, es y será clave para que esta discusión suceda nuevamente en el Congreso: la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito.  

Por eso desde Filo.News dialogamos con Nelly Minyersky, una de las pioneras e integrante de esta organización que desde el año 2007 presenta año a año el proyecto que busca la autonomía de los cuerpos gestantes. 

La sorpresa y el festejo

"Ayer tuvimos una reunión y estábamos discutiendo qué más hacer, qué otras acciones realizar para que se debata finalmente este año y horas después nos enteramos de que Vilma había dicho eso. En broma decía que evidentemente Vilma había estado en la reunión porque nos dio la noticia que esperábamos. Los chats de whatsap explotaron anoche. Estamos todas muy contentas", sostiene emocionada Minyersky.

No había dudas de que este tema, al ser un asunto de salud pública, iba a ser tratado más temprano que tarde. El presidente se pronunció muchas veces al respecto y aseguró su compromiso de enviar un proyecto distinto, nuevo y conciliador al Congreso. Lo que pasó después es la contingencia: pandemia, locura y desconcierto. 

Pero cuatro días después de que se decretara la salida del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO) al Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (DISPO), con un panorama más claro y una posible vacuna cerca, Ibarra confirmó lo que todos los movimientos de mujeres y feminismos esperaban escuchar. El año legislativo se termina en noviemebre pero habrá sesiones extraordinarias para tratar el aborto legal.   

"Ellos tenían confianza de que se iba a tratar. No pensé que sucedería así, porque se está dando lo que dijo Alberto. Se alivió en algunas zonas el tema de la pandemia, está la perspectiva de la vacuna. Yo pensaba que realmente le venía bien. Es un tema tan sentido y tan necesario, estábamos con muchas señales de que se iba a dar. Ahora estamos contentas porque no hay retroceso", sostiene Nelly.

¿Qué proyectos se debatirán? 

La Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito redactó y presentó en mayo del 2019 el proyecto con el que aspiran conseguir la ley. Pero, por supuesto, hay pujas. Los sectores más conservadores y religiosos se niegan y todo indica que desde el gobierno la táctica es ceder en algunos puntos para poder avanzar. 

Por eso Alberto Fernández presentará un proyecto propio y, en paralelo, otro que se denomina "El plan de los mil días" que sirve para acompañar a las personas gestantes que sí quieren continuar con su embarazo. En las extraordinarias, según sostuvo Vilma Ibarra, se tratarán tanto el proyecto de la Campaña como el del oficialismo.

"El plan de los mil días me parece un proyecto lógico. Nosotras militamos para que sea un derecho, no una obligación abortar. Eso es lo que tratamos de explicar tantas veces, no hay aborto obligatorio asi como nunca hubo divorcio obligatorio. Estas leyes no obligan a nadie a nada, sólo amplian derechos", explica Minyersky.

Una de las grandes problemáticas respecto a los distintos proyectos es la figura de la objeción de conciencia. A través de ésta, médicos y hasta instituciones de la Salud se amparan para no realizar siquiera Interrupciones Legales de Embarazo (ILE).

Recordemos que estas intervenciones legales funcionan a través de causales: que el embarazo constituya un peligro para la salud o la vida de la persona gestante, o que haya sido producto de una violación.

A partir de esa ley y de su debido protocolo, el personal de los efectores de salud (incluyendo el administrativo y de seguridad) es responsable de garantizar y no obstruir el derecho a interrumpir un embarazo cuando este exista una de las causales ya nombradas. 

Pero aún así, estos abortos no punibles en muchos hospitales del país no suceden escudados en la objeción de conciencia y, de hecho, cinco provincias (Corrientes, Formosa, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán) ni siquiera adhieren a los protocolos para aplicar la ley en sus juridicciones. 

"Si la objeción de conciencia está, espero que esté de forma acotada y que no se convierta en una dificultad como pasa en otros países. El médico, si firmó el papel de objeción de conciencia, tiene que garantizar la prestación en forma inmediata con otro profesional", enfatiza la letrada. 

La legitimación como un derecho

La batalla por la necesidad de esta luz verde data del 2006. Cuando La Campaña comenzó la redacción del primer proyecto, desde ese año hasta hoy, se militó fervientemente para que sea tratada en el Congreso. 

Doce años después, esa insistencia tuvo lugar y en el 2018 el debate por el aborto legal se instaló en nuestro país y en el mundo como un momento histórico de la lucha del movimiento de las mujeres y los feminismos. 

Lo que fue siempre un asunto tabú se transformó en discusión y millones de personas opinaron, debatieron y se cuestionaron la carga moral de este hecho, su ilegalidad y las fatídicas consecuencias de la clandestinidad. 

 Nelly Minyersky, además de militante e integrante de La Campaña, es abogada, docente, madre y fue la primera mujer en presidir la Asociación de Abogados de Buenos Aires (#ABBA). Abrazó y abraza distintas causas de derechos humanos pero, particularmente, el aborto como cuestión de salud pública.

Para ella, que exista una ley que cuide y contenga a las personas gestantes, es clave a la hora de hablar no sólo de la vida de quienes interrumpen sus embarazos sino también del tan cuestionado y callado deseo "femenino".   

"Lo clave de esta ley es que repercute también en cómo vivimos nuestra sexualidad. Nos saca del manto de la oscuridad y se asoma el deseo como un derecho. Es incorporar en la vida pública el derecho de las mujeres. Y si bien son cambios culturales que a lo mejor parecen imperceptibles, es un gran avance", indica la letra y advierte: "No van a pasar las catástrofes absurdas que señalan los antiderechos. Con el divorcio pasó lo mismo, decían que era la catástrofe de la sociedad y no fue así".

A partir de la militancia feminista respecto a la autonomía de los cuerpos, la cuestión del deseo se volvió protagonista y la maternidad un debate clave. En un mundo en donde la desigualdad entre varones y mujeres es estructural, donde existe violencia económica, social y cultural para los cuerpos feminizados, hablar de una maternidad deseada es el quid de la cuestión.    

"Esta ley hará que muchas mujeres puedan empoderarse. Entender además que nuestro destino no es ser mamá en bajo cualquier condición. Pensemos que las que más sufren son las personas de pocos recursos que a su vez llegan a los veinte años desdentadas, porque los embarazos, la lactancia las lastiman si no están en buenas condiciones para llevar a cabo ese embarazo", explica Nelly.

Si bien que el proyecto de La Campaña o el que presentará el presidente se convierta el ley es fundamental para Nelly, destaca la importancia de políticas públicas complementarias para poder acompañar a quienes deciden abortar o, inclusive, para prevenir embarazos no deseados como, por ejemplo, la Ley de Educación Sexual Integral.

"Ahora estamos en una etapa muy distinta, hoy hablamos de perspectiva de género en la Justicia y eso no es menor. O sea, hemos dado como sociedad un paso adelante en ese sentido muy significativo. Me acuerdo cuando en el 2005 di mi primera conferencia sobre aborto, era todo un tema porque de eso nadie hablaba. Así que acá estamos, felices. Vamos a esperar y también a seguir presionando para que tengamos los dos proyectos en el Ejecutivo. Ojalá que podramos brindar pronto. Llamame cuando salga la ley", finaliza Minyersky.