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Salud

Tres claves a tener en cuenta para evitar infecciones hospitalarias

Cuáles son los desafíos de la limpieza hospitalaria post pandemia para prevenir complicaciones en los pacientes y para asegurar el menor impacto posible al medioambiente a través de un eficiente tratamiento de los residuos patológicos. 

Tres claves a tener en cuenta para evitar infecciones hospitalarias

Si bien la crisis sanitaria por el COVID-19 puso la atención del mundo en los profesionales, el personal y el sistema de salud, tras las campañas de vacunación y el control de la pandemia, las instituciones sanitarias recuperaron su ritmo habitual, con demanda constante, pero sin descuidar los aspectos claves que hacen al cuidado y recuperación de quienes cursan una internación o tratamiento ambulatorio en dichos espacios.

“Los pacientes hospitalizados son susceptibles a infecciones intrahospitalarias y si bien este fenómeno no ha sido cuantificado hasta el momento a nivel nacional, se estima que las mismas resultan en una sustancial morbilidad y son causa o contribuyen a 80.000 muertes anuales en EEUU. Si bien es cierto que la mortalidad por alguna bacteria es relativamente medio bajo (oscila entre el 12 y 25%), sí se traduce en esos casos en una extensión del tiempo de internación hasta recibir el alta”, explicó Damaris Pita, Responsable de Higiene y Bioseguridad Hospitalaria en hospitales como El Cruce (F. Varela), Posadas, Cuenca Alta Cañuelas, entre otros. La disertación se dio en el marco del 1er Congreso de Salud Pública realizado la semana pasada en Buenos Aires.

A su vez, Pita explica que los estrictos protocolos en hospitales, sanatorios y centros de atención de salud son un eslabón muy importante en la cadena de transmisión de posibles brotes: “todo el entorno del paciente debe estar limpio y desinfectado. Hay que evitar contaminación cruzada para así reducir el riesgo de contagio de bacterias o virus y prevenir complicaciones”.

Sobre las 3 claves a tener en cuenta para prevenir infecciones intrahospitalarias

- Limpieza: El proceso de infección se puede producir por la interacción de seis elementos pero es en el cuarto eslabón de la cadena, en el modo de transmisión, donde se produce el más importante y frecuente contacto con microorganismos hospitalarios, que a su vez se subdividen en 2 grupos:

- Contacto directo: es el contacto entre un huésped susceptible y una persona infectada. Es más frecuente que suceda entre el paciente y el equipo médico que de paciente a paciente.

- Contacto Indirecto: Es aquel que sucede entre un huésped susceptible y un objeto intermediario contaminado, como pueden ser insumos médicos (agujas, instrumentos, apósitos, etc.) o elementos de limpieza que hayan estado en el entorno del paciente contaminado.

Ante esta situación, es clave contar con una limpieza eficiente y rutinaria, tras la cual se desinfecta (“sólo se puede desinfectar lo que está limpio”, afirma Pita). Esto se realiza en todas las áreas, superficies y elementos de contacto que se utilizan de forma regular, siendo esencial y necesario para reducir el riesgo de transmisión de microorganismos.

Damaris añadió también en su alocución que: “En un hospital el servicio de limpieza es súper complejo, el personal tiene varios meses de capacitación y se trabaja con equipos específicos y productos específicos”. Además añadió: “Todo esta serie de cuidados contribuyen a la recuperación del paciente y crea ambientes más seguros”.

Es importante destacar que en este tipo de espacios se necesita no sólo de un trabajo exhaustivo y sistematizado (con técnicas particulares), sino además de una capacitación específica para quienes se encargan de estas tareas sumado a la supervisión especializada. Estas revisiones son llevadas a cabo en distintas etapas, por ejemplo en el caso de PULCRUS, empresa que se dedica a la limpieza y mantenimiento cerca de 10 hospitales y sanatorios del país, especializándose en áreas críticas, quirófanos y emergencias y utilizando la técnica de control con Bioluminiscencia.

Además, también son sumamente importantes los insumos con los que se tratan espacios y elementos contaminados con virus y bacterias. Es clave controlar la concentración de los productos de limpieza, como el peróxido de hidrógeno clorado, para certificar que la misma sea efectiva frente a los microorganismos.

Utilización de elementos de seguridad e higiene

El trabajo en salud implica que todos los actores involucrados (profesionales médicos, enfermería, nutrición y limpieza) utilicen los elementos necesarios para asegurar la no contaminación de espacios, elementos y contacto directo entre bacterias, virus y los huéspedes susceptibles. La limpieza y desinfección de manos, la utilización de ambos, guardapolvos y vestimenta quirúrgica (incluye pantalón, chaquetilla, bata, gorro quirúrgico, gafas, barbijo, cubre zapatos y guantes) para médicos, enfermeros e instrumentadores, como delantales y gorros para la cocina, son elementos esenciales para la seguridad del paciente.

Tratamiento de residuos

A la vez, tras una limpieza integral de los entornos sanitarios, los residuos patológicos deben tratarse de la manera adecuada. El Ministerio de Salud de la Nación reglamenta en la Ley 24051 el manejo de los residuos hospitalarios para que el mismo sea seguro a lo largo de toda la cadena.

La gestión de residuos patológicos, patogénicos y urbanos precisa del compromiso del personal de la institución y del cumplimiento del marco reglamentario. El Ciclo de Vida del Residuo se compone de 9 etapas con un estricto control en cada una de ellas que incluyen la recolección en bolsas especializadas, la separación y clasificación de residuos patológicos, patogénicos y urbanos, y el tratamiento que reciben para trasformarlos en deshechos de menor volumen y sin riesgo de que contaminen infecciones.

Según el Lic. Sergio Beget, Coordinador de Higiene y Seguridad Hospitalaria del Hospital Posadas -quien también participó del Congreso-, “un ejemplo de un hospital público que cuenta con su propia planta de tratamiento interna es el Posadas, donde cada ciclo procesa 130 kilos y demora 1 hora. En este proceso se pesa y se toma registro,cada bolsa está identificada para lograr la trazabilidad (seguimiento de principio a fin de la cadena) y se detectan casos de no conformidad (falla o evento que afecta el resultado final). Esto se realiza en carros de acero inoxidable con esterilización, trituradora para reducción de volumen y traslado a destino final a celdas específicas destinadas a residuos industriales no peligrosos”. En resumen, la gestión de residuos patológicos implica el manejo de elementos contaminados que pueden estar infectados con virus y bacterias (y así afectar el espacio donde se depositen: tierra, agua, etc) en deshechos seguros y reducidos para minimizar el impacto ambiental.

En búsqueda de la mejora continúa, la prevención de complicaciones y del óptimo cuidado del paciente, las entidades de salud tienen hoy una gran responsabilidad a la hora de evitar la propagación de virus intrahospitalarios mediante el cumplimiento minucioso del protocolo sanitario.

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