Renacer es una joven bodega boutique de Luján de Cuyo que fue fundada en el año 2002 y que deslumbra a los visitantes no sólo por sus vinos, sino también por su pintoresca arquitectura.

Esta línea de vinos le pone punto final a las discusiones de qué descriptores tienen sus vinos, ya que lo plasman en la etiqueta para que todos lo vean, o para poder hacerte el canchero y decir a que huele este Cabernet Sauvignon que esta condimentado con un 10% de su padre, el Cabernet Franc.

Como reza en su etiqueta el Punto Final Cabernet Sauvignon Estate Grown 2015 es: rojo rubí brillante, aromas de frutas frescas, moras, guindas, cassís, canela, pimienta negra, mineral, con taninos redondos y jugosos, estructurado, untuoso, moderno.

Ideal para: hacerte el especialista frente a tus amigos leyendo de reojo la etiqueta.

Vale: $175. 

En el deseado terruño de Gualtallary, ahí en el Valle de Uco, Mendoza, está la Bodega Andeluna, un lugar que es suelo, clima y gente, la básica definición de terruño metida en una bodega.

El enólogo Manuel González Blas es un enamorado de los vinos Andeluna como consumidor, desde antes de ser el encargado de la elaboración de estos, razón por la que esta tarea no le costó mucho, como pasa con este Malbec que gana su nombre por nacer a unos 1300 metros sobre el nivel del mar, y pasa unos 6 meses por barrica de roble francés y espera el mismo tiempo estibado en botella antes de salir a la venta.

El resultado del maridaje enólogo bodega es un vino rojo violáceo a la vista, que al olerlo te recordará violetas silvestres y frutas como la ciruela y la mora; al tomarlo tiene un excelente equilibrio de voluminosidad y frescura.

Ideal para: mostrarles a tus amigos como es un Malbec de Gualtallary, el terruño soñado.

Vale: $245.

La Bodega Dante Robino es una empresa familiar que está a punto de integrar el club de las bodegas centenarias, dado que se fundó en el año 1920 en Luján de Cuyo.

En esta ocasión la bodega presenta su nueva etiqueta, el Dante Robino Reserva Bonarda, cepa en la que ponen un especial interés por el crecimiento constante y el gran potencial que tiene esta cepa. Para lograrlo realizan hace varios años un trabajo sostenido tanto en los viñedos como en la elaboración del Bonarda.

Este vino es pura intensidad, pasa 12 meses en barricas de roble francés de segundo y tercer uso, rojo con pinceladas purpuras a la vista, muchas frutas en la nariz, donde se destacan las frambuesas y la vainilla, en boca se lo siente musculoso.

Ideal para: que tus amigos le den el valor merecido a una cepa que parece olvidada.

Vale: $325.