La celebración del Día de los Enamorados no siempre tiene que ser en un sitio súper lujoso: la naturaleza también tiene su belleza y romanticismo propios.

Un parque, un pequeño bosque, a la vera del río o a la orilla del mar: lo único que precisás es una conservadora o una canastita con alimentos y bebidas (que también pueden ser económicos) y listo. Es hora de disfrutar de su día.

Las cenas románticas son el comodín en este tipo de fechas. Pero guarda, ¡no hace falta que sea en un restaurant!

Con un set de velas, sahumerios y una cena que hayas cocinado con mucho amor, ¡listo! Ya tenés el ambiente preparado para una noche muy especial.

Los ramos de flores son un regalo clásico para el 14 de febrero: rosas, lirios, orquídeas, margaritas, gerberas o lo que se te ocurra; no hay como encontrarse con un conjunto de estas plantas.

Sin embargo, los precios de éstos pueden irse por las nubes. Por eso, si te acordás con anticipación de esta fecha, podés solicitar a un amigo, vecino, tío, tía, abuelo, abuela, padre o madre que te ayuden y te armen un ramito de sus flores personales para darle un toque súper original ¡Animate!

El clásico regalo del collar con un corazón en dos mitades y grabado con el nombre de la otra persona es típico en las relaciones: simbolizan el amor y la complementación de las dos personas.

Días antes de la fecha, pasá por una feria de artesanos y animate a este regalo súper romántico ¡Te lo graban en el momento y es re económico!

Ahora que ya tenés ideas para un San Valentín low cost, ¿qué propuesta vas a elegir?