En una América Latina que de manera estructural y particular transita momentos de gran incertidumbre, el caso del Estado Plurinacional de Bolivia y su futuro político se presenta condicionado por una oposición radicalizada que encabeza los reclamos de renuncia sobre Evo Morales.
El domingo 20 de octubre el país votó y quién habita el Palacio del Quemado desde el año 2006 obtuvo su tercera reelección como Jefe de Estado, habilitando de esta manera una nueva administración hasta el 2025.
Pero lo cierto es que una parte de la sociedad considera que este proceso fue transparente y otra que hubo fraude. Es por esto que Bolivia transita hace ya tres semanas entre huelgas generales convocadas por una oposición radicalizada y movilizaciones en apoyo a Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS).