De chico pasaba veranos enteros en ciudad de Miramar, y cuando tenía que volver a la ciudad sentía un vacío muy grande que comencé a llenar, primero escuchando música que me ayudara a tener a esa sensación que solo me daba el mar, y luego escribiendo mis canciones donde volcar todo lo lindo que me hacía sentir.

Hace ya casi 3 años me mudé a Mar del Plata. Elegí este lugar porque un poco para lo surfistas de Buenos Aires, venirse a vivir a Mardel es conseguir la gloria, real.

Siento que la ciudad le dio un sentido más fuerte de pertenecía a mis canciones... quizás antes mis canciones tenían un toque de melancolía, unas ganas de estar en un lugar. Ahora las canciones las escribo con un día de playa encima, con la suerte de mirar el mar desde el sillón con mi guitarra, puede que sea la gloria del músico de playa.

Tuve la suerte de trabajar con artistas que admiro mucho y la verdad que fue muy hermoso, son personas de tal humildad que todo el tiempo se mostraron agradecidos y súper predispuestos a colaborar con la canción y filmación de video.

Lo cuento así porque uno sabe que cuando trabaja con artistas de renombre que están con mucho trabajo puede esperar que estén con poco tiempo, y uno que vienen un poquito de abajo no quiere molestar, pero parecía que era al revés; vuelvo a agradecerles mucho, siento que todo eso se vio reflejado en los videos de las canciones.

Venimos muy bien, un poco ansiosos. Vamos a filmar y grabar el show, así que puliendo detalles para estar tranquilos y disfrutar el show cuando llegue esa noche. Vienen varios invitados, una súper banda y un escenario lleno de colores.

Después de eso pienso viajar a Brasil a grabar una canción nueva con un artista de la praias del sur de la isla de Floripa.