Vizzotti explica que como Argentina logró eliminar la rubéola, un caso aislado se considera un brote. Al ser un virus de muy fácil transmisión, es necesario, según la especialista, implementar las medidas de control necesarias: visitar los contactos del caso, vigilar y estudiar los nuevos sospechosos, notificarlos inmediatamente en caso de presentar síntomas de las enfermedades febriles exantemáticas (o sea, las que presentan erupciones en la piel), sin esperar un diagnóstico definitivo. El objetivo es evitar la transmisión del virus.

La especialista asegura que cuando aparece un caso, se considera que existe un brote y una situación de emergencia, y por eso se emite el alerta epidemiológica. Pero esto no significa que ya no somos más un país libre de la enfermedad. Para decir que se pierde ese estatus es necesario que el virus "circule durante 12 meses sin que se lo pueda controlar". Y este no es el caso. 

Hace unos días, un niño de 7 años de la Ciudad de Buenos Aires, que no estaba vacunado, fue diagnosticado con rubeola. El problema de este caso puntual, apunta Vizzotti, es que todavía se desconoce la fuente de la infección. Si en esa cadena de investigación se encuentra contacto con algún viajero, o un lugar común con alguien que pudo haber presentado síntomas similares, se podría establecer un nexo y encontrar la fuente.

El último caso de rubéola en Argentina había sido en 2009, y hasta el día de la fecha hubo en total cuatro casos importados o relacionados con la importación, además de este nuevo caso . 

Vizzotti insiste en que las mujeres en edad fértil deben prestar una especial atención ante este nuevo brote y chequear tener el esquema de vacunación completo. "Si una mujer embarazada, no tiene las vacunas al día y tiene contacto con la rubeola, el virus puede producir lo que se conoce como el Síndrome de Rubeola Congénita, un síndrome muy grave para el bebé que puede generar un aborto o malformaciones relevantes para el feto durante el embarazo", afirma.

Dado que la vacuna está contraindicada durante el embarazo, es muy importante que todas las mujeres en edad fértil tomen las precauciones necesarias.

Vizzotti asegura que, en este caso, el brote no se puede adjudicar a una falta de vacunas, aunque advierte que este es un problema serio independientemente de esta situación particular. "Que aparezcan casos aislados es algo esperable dada la reemergencia de sarampión y rubéola en otros países. La globalización y el riesgo de importación es permanente y siempre estuvo", indica la ex-directora del Programa Nacional de Inmunizaciones. 

De hecho, ya son doce los países de América afectados por el aumento de casos de sarampión, en particular Venezuela y Brasil. Venezuela, donde por la crisis económica y social se interrumpió la vacunación y desde 2017 cursa un brote que no ha podido ser controlado. Brasil, a partir de importaciones de Venezuela, ha reportado más de 10.000 casos confirmados.  Argentina, por el contrario, tuvo campaña nacional de vacunación contra sarampión y rubeola para niños entre 1-4 años  el año pasado, con un 90% cobertura. 

Vizzotti, sin embargo, no es optimista con respecto al escenario actual en relación con la provisión de vacunas: "Hay notificaciones de las provincias, de los Ministros de Salud, y de las sociedades científicas, que indican que desde el año pasado hay envíos irregulares e insuficientes de varias vacunas del calendario. Hay un problema en la planificación y financiamiento, todas responsabilidades del Estado nacional", apunta.

"No es una buena noticia que la salud no sea una prioridad; con una devaluación como la que pasamos, son menos los insumos que se compran, ya que adquieren en dólares, y también hay dificultades en la gestión de los mismos. Pero eso no quiere decir que estas problemáticas evidentes sean causa del nuevo caso", advierte.

La vacuna Triple Viral (que protege contra rubeola, sarampión, y parotiditis o paperas) es una vacuna que está en el calendario. El esquema consta de dos dosis: a los 12 meses de edad y al ingreso escolar, y es gratuita y obligatoria. No requiere orden médica, y uno puede acercarse a cualquier sala para completar el esquema vacunatorio. 

Dado que el virus estaba en circulación permanente, se considera que las personas que nacieron antes de 1965 son inmunes. Las personas entre 5 y 54 años deben certificar dos dosis de vacuna doble o triple viral después del año de edad. De no poder certificar las dos dosis, o al no tener el análisis de sangre que diga que se encuentran anticuerpos, se pueden acercar a cualquier vacunatorio y recibir la vacuna, si no tienen contraindicaciones (como cursar un embarazo o estar inmunocomprometidos).