Exhaustos, políticamente dispersos y tras una campaña atípica acorde a los tiempos de época, Ecuador puso en marcha el calendario electoral latinoamericano de un 2021 que va a contar con elecciones presidenciales en Perú, Chile, Honduras y Nicaragua, así como departamentales y municipales en Bolivia y Paraguay, respectivamente, además de las legislativas en nuestro país y México.
Este domingo 7 de febrero algo más de 13.000.000 de ecuatorianos de entre 18 y 65 años van a ir a las urnas para elegir un nuevo binomio presidencial, los 137 miembros de la Asamblea Nacional y 5 representantes del Parlamento Andino.
Lógicamente laz miradas estarán puestas en las candidaturas presidenciales que por un lado darán cierre al penoso paso de Lenín Moreno por el Palacio de Carondelet, al tiempo que abrirán el interrogante sobre los modelos de país para una Nación que si previo al arribo de la pandemia proyectaba un escenario más que sombrío, tiene y tendrá en los próximos años perspectivas económicas y consecuentemente sociales por demás complejas.
El protagonismo de los órganos electorales como síntoma del desorden institucional de época, la dispersión partidaria evidenciada en sus 16 candidatos a la Presidencia, el factor Correa como (al menos hasta este llamado) único espasmo de continuidad política nacional y los dilemas tras el tránsito de Moreno por el Ejecutivo, en esta nota.