Hoy en día las redes sociales -junto a los medios de comunicación- juegan un rol importante en la vida de las personas, tal es así que de repente nos hemos visto decidiendo sobre nosotros mismos en base a lo que vemos y esperamos lograr, como si todo lo que se mostrara a través de una pantalla fuera el fiel reflejo de la realidad.
Esto pasa mucho a la hora de ver ciertos estilos de vida y querer copiarlos, cuando en verdad lo que se muestra es solo una pequeña parte de todo lo que hay detrás de una persona. Lo cual lleva a poner en riesgo un montón de cuestiones. Por ejemplo, muchas personas han seguido dietas que han recomendado influencers o celebrities, o han comenzado a consumir tal producto con el fin de verse igual que la imagen que muestra la foto publicada, lo que ha terminado en muchos casos en trastornos de la alimentación.
¿De qué hablamos cuando hablamos de trastornos de la alimentación? De los distintos tipos de desórdenes alimentarios, es decir, “trastornos mentales que se caracterizan por un comportamiento patológico frente a la ingesta alimentaria y una obsesión por el control de peso. Son trastornos cuyo origen depende de una pluralidad de factores: biológicos, psicológicos, familiares y socioculturales, y que por sus características provocan consecuencias negativas tanto en lo físico, como en lo mental de la persona, y por ende en su entorno social”, según explica Mara Fernández (M.N.36031), psicóloga especialista en trastornos alimenticios.
Quien además, agrega: “Las presentaciones de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) se caracterizan con un miedo obsesivo e irracional a engordar, y preocupación excesiva por el cuerpo, tamaño, peso y alimentos. Otra manifestación de tipo cognitiva es la alteración de la imagen corporal, la persona aún siendo extremadamente delgada niega su delgadez y el estar enferma. Como manifestaciones conductuales aparecen los cambios en la ingesta. Aparecen conductas alimentarias de ocultación y manipulación de la comida (tiran, esconden, seleccionan, trocean los alimentos, etc.). Dentro del grupo de los TCA se encuentran: anorexia, bulimia, vigorexia, ortorexia, diabulimia y los denominados trastornos por atracón”.

De hecho, sin ir más lejos, “la palabra dieta tiene una connotación restrictiva”, señala Fernández, y sucede que “la mayoría de las veces implica eliminar o reducir algún tipo de alimentos, lo que puede derivar en una alimentación deficiente y carente de nutrientes que puede provocar una enfermedad física y mental. Por ende, hacer una dieta puede ser un desencadenante para un trastorno de la conducta alimentaria”.
¿Y qué pasa cuando nos dejamos encantar por productos ‘mágicos’? “Se convierten en ideas esperanzadoras, siendo otra herramienta a implementar para los que tienen un desorden alimenticio”, asegura la especialista en TCA, y enfatiza: “Son productos que parecen ser la ‘solución mágica’ para aquellos que buscan adelgazar y fomentan una conducta compensatoria ante la comida. Incluso podemos llegar a escuchar frases como: ‘Atraconate con lo que más te gusta total le pones xxx y come sin culpa’ o ver a una persona con el cuerpo idealizado consumiéndolo, y eso genera la falsa creencia de que si se incorpora en la rutina alimentaria se conseguirá el cuerpo ‘deseado’”.

¿Cuáles son los riesgos de dejarse llevar por estos productos? “El riesgo es no hacer un tratamiento como se debe. Si hablamos de sobrepeso, por ejemplo, con estos productos para bajar de peso, se deja de lado el tratamiento interdisciplinario que se debe hacer y además genera frustración, porque como no da resultado, o lo da a corto plazo, la persona se frustra y no se trata”, sostiene Agustina Murcho, Lic. en Nutrición (M.N. 7888/ M.P. 3196) especialista en trastornos alimenticios, y creadora de @nutricion.ag.
“Además puede disparar el desarrollo de un trastorno por atracón, ya que incentiva a la ingesta de mayor cantidad de comida que podrá ser eliminada con solo ‘espolvorear’ esas partículas ‘mágicas’”, indica Fernández.
Ahora bien, cuando hablamos del polvito para inhibir los carbohidratos, ¿de qué estamos hablando? Nada menos que “un extracto de poroto blanco”: “No es más que un poroto molido, es puro placebo. Además puede tener efectos adversos como distensión abdominal y diarreas”, advierte Murcho.
Pero no es el único producto que se promociona, otro de los más escuchados últimamente es un suplemento dietario proteico que dice aportar nutrientes esenciales que ayudan a mantener el buen funcionamiento del sistema inmunológico y el buen estado del cabello, piel y uñas, asegurando que estaríamos consumiendo AMPK.
Concretamente, ¿qué es la AMPK? “La AMPK en mayúscula es una enzima que tenemos en el organismo que interviene en el metabolismo energético. Cuando no hay más energía, se activa generando un efecto catabólico, de degradación para que se genere energía”, detalla Murcho.
¿Eso es lo que se consume al ingerir este suplemento? No, “este suplemento tiene el mismo nombre pero en minúscula, porque no se puede publicitar como la enzima. Es decir, no te están vendiendo la enzima que hace que se degraden o se oxiden grasas, porque esa enzima no se puede consumir vía oral ya que es indigerible y se inactiva con el ácido clorhídrico del estómago. Tiene más de 500 aminoácidos y no se puede digerir. No pueden venderla con el nombre real porque sería ilegal”, expone la licenciada en nutrición.
Por otra parte, Murcho dice que cuando hablamos de proteínas hay una falsa creencia a nivel general de que cuanto más proteína consumo más músculo genero y no es así, porque si el cuerpo no la necesita, la elimina por riñón, lo cual no es bueno porque éste se sobrecarga. Los casos en que deben consumirse por fuera de los alimentos son aquellos en los que no pueden llegar a cumplir sus requerimientos proteicos con la alimentación, como los deportistas, por ejemplo.
¿Por qué la publicidad nos hace creer que funciona? ¿Las marcas eligen buenos referentes?
“Exacto, se eligen personas con cuerpos hegemónicos; personas que fueron así desde antes no desde que consumen el polvito o el producto que sea”, responde Agostina Murcho.
Y de esta manera: ¿Incitan a que se coma de más o alimentos que no sean saludables?
“Si, incitan a que en vez de 1 o 2 facturas, comamos más, no solo porque en las fotos lo promueven así, sino porque hablan de que con este polvo se puede comer sin culpa. Incitan al exceso y a la purga, porque poner un polvo en una comida para compensar lo que se come es una purga más”, asevera también Murcho.
¿Qué deberíamos tener en cuenta a la hora de “dejarnos llevar” por soluciones mágicas?
“Se debe prestar atención a las señales de alarma y a la manifestación de los síntomas característicos de los trastornos de la conducta alimentaria: baja autoestima, distorsión de la imagen corporal, miedo a engordar, aislamiento, etc. Siempre hacer una consulta profesional”, aconseja la psicóloga Mara Fernández.
Y entonces… ¿En qué debemos basar nuestra alimentación para que sea completa?
“Debe estar enfocada en que tenga todos los nutrientes necesarios como hidratos de carbono, proteínas, grasas saludables, fibras, vitaminas y minerales. Y lo completo no pasa solo por la calidad de las comidas sino también que la alimentación sea placentera y que podamos disfrutar de lo que comemos”, manifiesta la creadora de @nutricion.ag.
Por último, debemos dejar en claro que los tratamientos para los TCA deben ser interdisciplinarios, es decir, contar con médicos clínicos, psicólogos, nutricionistas, psiquiatras que acompañen al paciente a salir de esta problemática.
Hay que tener mucho cuidado con los mensajes que se transmiten a través de las redes o de cualquier otra pantalla, ya que nunca sabemos quién lo está recibiendo del otro lado y cómo lo está recibiendo. Quienes promocionan este tipo de productos deberían ser más conscientes y no ser partícipes de este engaño.