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Filo.Mundo | Del Señor de los Anillos a gobernar Nueva Zelanda: ¿quién es Jacinda Ardern?

Por proximidad generacional ya fue comparada con otros integrantes del mundo joven de la política, aunque la funcionaria kiwhi de momento parece estar un paso adelante en lo que a manejo de crisis y rédito político respecta.

Filo.Mundo | Del Señor de los Anillos a gobernar Nueva Zelanda: ¿quién es Jacinda Ardern?

Puede que no sepas muchas cosas sobre Nueva Zelanda, además de que juegan bastante bien al rugby (la última paliza de los All Blacks contra Australia lo confirma) que es el lugar donde se filmó la trilogía del Señor de los Anillos y quizás, solo quizás, que Jacinda Ardern es la primera ministra del país. 

Lo cierto es que en el marco de una elección histórica, Jacinda Ardern ratificó que seguramente sea la primera ministra más popular en toda la historia de esta Nación ¿Por qué? Su partido, el Laborista, obtuvo 64 de los 120 asientos en la Cámara de Representantes lo que significa el mejor resultado en los últimos 50 años.

Además, el nuevo parlamento va a ser el más inclusivo desde su fundación, retratando los nuevos tiempos de época que exhibe una figura como Ardern quien si bien va a tener una sólida mayoría para aprobar políticas progresistas en ejes como vivienda y pobreza infantil, no pierde de eje el lugar de su país en el mundo.

Pero, ¿cómo llegó Ardern a ocupar tan pronto un lugar tan importante? El recorrido que la llevó a ser la tercera primera ministra en la historia de su país es en buena parte el que transitó desde el Partido Laborista aprovechando las reglas electorales kiwis que, entre otras cosas, permiten presentarse a elecciones con candidaturas simultáneas.

Osea que en un mismo llamado podes presentarte por un distrito pero ganar por otro, algo que ya vas a ver que en buena medida es lo que pasó con quien ingresó al Parlamento en el año 2008 y que prontamente destacó en sus primeras intervenciones con su carisma, pero también, con sus convicciones.

El presente de la funcionaria está bastante lejos del derrotero inicial que tuvo en sus primeras apariciones. En las elecciones de noviembre de 2011 Ardern perdió su candidatura por un escaño uninominal, pero fue reelecta por la lista nacional del partido donde estaba colocada en la decimotercera posición.

Bajo un nuevo liderazgo partidario, comenzó a ganar peso aunque para las elecciones de 2014 nuevamente fue derrotada en la circunscripción de Auckland, aunque también a partir de su concurrencia simultánea en la candidatura nacional logró conservar un asiento en el Parlamento.

Finalmente, para el 25 de febrero del año 2017 disputó y ganó con el 77% de los votos un llamado electoral que si bien representó un gran logro para su figura, tras los malos resultados del Partido, dejó a los laboristas sin conducción política.

La contundencia del triunfo puso en bandeja su elección como segunda a cargo de este espacio, en tanto que seis meses después de la renuncia de la por entonces líder del partido se terminó seleccionando a Ardern como la segunda mujer al frente de los laboristas, además de ser también la más joven de toda su historia.

Después de obtener el segundo lugar en la elección general de ese año, Jacinda formó una llamativa coalición de gobierno con el partido conservador populista y el Partido Verde, una alianza políticamente inesperada pero que logró permanecer unida por ese primer mandato.

Además de primera ministra, Ardern encabezó en esa gestión los departamentos de Seguridad Nacional e Inteligencia, Arte, Cultura y Patrimonio, y lo que fuera desde siempre su principal eje de atención, el ministerio a cargo de la Reducción de la Pobreza Infantil. 

Para 2018 se convirtió en la segunda mujer en el mundo en haber tenido un hijo mientras ocupaba el cargo de primera ministra, algo que se retrató en las tapas de todo el mundo y puso a la funcionaria en la agenda mediática global. Ahora bien, esta exposición y reconocimiento internacional no se tradujo necesariamente en un rédito político ni mucho menos.

La coalición que permitió formar gobierno en Nueva Zelanda no fue gratuita y así como inicialmente se habló sobre el objetivo de transformar al país, a la larga, la verdadera necesidad pareció estar en ser fiscalmente responsables, quedando bastante lejos de ese ideario socialdemócrata planteado. 

Entonces, ¿por qué Ardern es tan popular? Una respuesta es que durante su primer mandato la premier debió enfrentarse a una serie de eventos por demás complejos e inesperables para la calma peninsular como una erupción volcánica que mató a 21 personas y la masacre terrorista en dos mezquitas donde 51 musulmanes fueron asesinados. 

Sobre esto último, además de lograr políticas concretas como prohibir el acceso a una gran cantidad de armas en solo cuatro semanas, la primera ministra mostró su costado más empático junto a las familias de las víctimas y condenó con firmeza lo sucedido.

Si los ataques terroristas y los eventos climatológicos dieron forma a su primer gobierno, la llegada del coronavirus terminó de dar cuenta de la capacidad de respuesta de la funcionaria y su Gabinete. 

Después de un primer mandato donde el carisma y la buena comunicación no terminaban de torcer la balanza frente a algunas promesas incumplidas, Ardern se ganó el apoyo de buena parte del país con el inicio de la pandemia y su pronta y efectiva respuesta. 

Este país de cinco millones de habitantes logró aprovechar su posición insular y apoyó la decisión de su gobierno de ir al confinamiento y hacer un lento retorno hacia algún tipo de normalidad, algo que permite de momento ganar la batalla contra el coronavirus y consolidar el principal legado político de Ardern.

De esta manera y dando voz a su ciudadanía en temas como la legalización de la marihuana y la eutanasia, a 7 meses de que la OMS declarara al coronavirus como una pandemia la sociedad concurrió a las urnas sin mascarillas pero no porque no decidieran usarlas sino porque ya no eran obligatorias. 

Por proximidad generacional y algunos rasgos compartidos, Ardern ya fue comparada con otros integrantes del mundo joven de la política.

Aunque la funcionaria kiwhi de momento parece estar un paso adelante en lo que a manejo de crisis y rédito político respecta, dando desde un lugar del mundo bastante lejano para muchos un ejemplo a seguir de cerca en como decir, pero fundamentalmente, cómo hacer las cosas. 

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