Cuando Game of Thrones todavía era una serie impredecible en la que los personajes no tenían la supervivencia asegurada por la todopoderosa armadura del guión, todos estábamos contando las horas para ver el final del odioso Joffrey.

Joffrey era un sádico sin un ápice de humanidad, un adolescente malcriado cuya impulsiva personalidad desencadenó la Guerra de los Cinco Reyes en Poniente. Si su oscuridad era innata o resultado de su crianza es discusión para otro momento, pero no debe haber quedado un puño sin levantar durante su violenta muerte en el día de su boda.

“The Lion and The Rose” nos mostró un Rey exultante durante la costosa ceremonia y posterior celebración que incluyó comida, show y la constante humillación de Tyrion. Pero como dicen por ahí, son todas risas hasta que alguien toma una copa de vino envenenado.

El veneno conocido como “Strangler” (“Estrangulador”) le hizo honor a su nombre cuando Joffrey se desplomó y permaneció varios segundos boca abajo, vomitando y sin poder respirar. Finalmente, cuando Cersei lo volteó pudimos ver la obra de Olenna Tyrell en todo su esplendor: sangre brotando por los ojos y la nariz y reventando venas en toda la cara que, combinada con el azul propio de la asfixia le dieron al Rey ese tono final casi púrpura al que le debe su nombre el evento, que sería recordado desde entonces como “La Boda Púrpura”.

Tuvimos que sufrir a Ramsay Bolton durante cuatro temporadas antes de verlo pagar por la tortura y las vidas que se cobró. Ramsay era un psicópata cuya vida estuvo atravesada por la violencia desde su gestación: su padre, Roose Bolton, violó a su madre después de colgar al esposo de la mujer por haberse casado sin permiso.

Cuando conocemos al bastardo resulta ser un mitómano y un experto en la tortura física y psicológica que se nutre del miedo y dolor que inflige en sus víctimas. Su marca registrada son sus sabuesos, unos violentos animales a los que alimenta con la carne de los cadáveres que deja a su paso y que usa como parte de sus sádicas salidas de caza.

La justicia divina quiso que los dientes de esos mismos perros que entrenó fueran lo último que viera Ramsay antes de morir. Después de incontables horrores, que incluyen la mutilación y doblegación de Theon, la violación de Sansa y el asesinato de su padre, madrastra y hermanstro, Ramsay se da el gusto de asesinar al que se presumía era el último hombre Stark vivo, Rikkon, antes de La Batalla de los Bastardos.

Ya derrotado en el interior de Invernalia es Sansa quien decide cómo será su final. Encerrado en los caniles, con los animales a los que le había negado comida durante una semana, Ramsay comprobó que la fidelidad nada vale con perros hambrientos que han probado sangre humana. Como la joven Stark, nos resultó imposible no mirar el merecido final de uno de los personajes más violentos que la serie nos presentó.

La Boda Roja fue quizá el primer gran evento de la serie. Fue la traición que dejó en claro que en Game of Thrones el resentimiento es tanto o más peligroso que la espada y que es verdad que cuando se juega el juego de tronos, “se gana o se muere”. Nadie puede decir que no anticipaba consecuencias para Robb por romper su promesa, pero la alianza de los Frey con los Lannister fue una sentencia de muerte para la casa Stark y, años después, para el propio Walder Frey.

Si algo se le puede reconocer al personaje es que nunca ocultó su naturaleza despreciable. Walder era un anciano sarcástico y arrogante que controlaba su casa con mano dura, que se había casado casi una decena de veces y engendrado docenas de hijos legítimos y bastardos, a los que utilizaba como simples objetos de intercambio o negociación. Walder Frey conocía su reputación entre el resto de los Señores y es esa sensación de inferioridad la que alimentaba su odio.

Por fortuna para nosotros el anciano ingresó en la lista de Arya y recibió su merecido. Su muerte no resultó tan violenta ya que la joven le regaló un final rápido cortándole la garganta, pero morir viendo sonreír a una de las últimas portadoras del apellido de la casa que traicionaste después de escuchar que te comiste a tus hijos (convenientemente cortados y servidos como tarta) es duro — y mucho más si esa Stark después te roba el rostro para eliminar al resto de los Frey y destruye por completo tu casa.

Meryn, como miembro de la Casa Trant, ayudó a Robert Baratheon a sentarse en el trono y como recompensa fue convertido en un caballero de La Guardia del Rey. Su fidelidad era con la corona, por lo que sirvió sin demasiados cuestionamientos a tres reyes diferentes: el propio Robert, Joffrey y Tommen, aunque las órdenes ejecutadas fueran en contra de los principios que juró proteger.

Trant se sumó a la lista de Arya después de asesinar a Syrio Forel, el maestro de esgrima que la protegió cuando el caballero y un grupo de guardias se proponían apresarla. Si bien vimos a Trant en varias oportunidades confirmar su fidelidad al Rey de turno, no fue sino hasta el final de la quinta temporada que el caballero mostró su verdadera naturaleza.

Durante un viaje a Bravos como parte de la guardia de Mace Tyrell, Trant y sus hombres visitaron un burdel, donde exigió a la encargada del lugar una niña para castigar y abusar. Habiendo sido testigo de su perversión, Arya se hizo presente la siguiente noche con una cara diferente y cuando quedó a solas con Trant lo apuñaló en los ojos, varias veces en el pecho y terminó el trabajo cortándole la garganta después de revelarle su identidad.

Una de las muertes que más se hizo esperar y la que en algún momento temimos que no fuera a llegar es la de esta sanguijuela responsable del conflicto que generó la Guerra de los Cinco Reyes, se cobró incontables vidas, y sentenció al olvido a varias de las casas de Poniente.

Meñique fue quien manipuló a Lysa Arryn para que envenenara a su marido y enviara una carta a su hermana diciendo que habían sido los Lannister, quien le entregó la daga al asesino para que terminara con la vida de Bran y luego dijo que esa daga era de Tyrion, y quien traicionó a Ned Stark cuando orquestó el arresto de Cersei y la custodia de sus hijos. ¡Y eso fue solo en la primera temporada!

Complotó para asesinar a Joffrey, vendió a Sansa a los Bolton, asesinó a Lysa Arryn para quedarse con el Valle, y esperaba convertirse en el Señor de Invernalia casamiento con Sansa mediante.

Pero el Stark Girl Power se encargó de poner las cosas en su lugar y después de un plan un tanto complicado y poco creíble desde lo narrativo, lo expuso como lo que realmente fue siempre: un cobarde que cuando se quedó sin palabras rogó de rodillas hasta las lágrimas por su vida. Haberlo visto desenmascarado y morir en medio de la humillación fue quizá el aspecto más satisfactorio del final de Petyr Baelish a manos de la letal Arya.

Su hija y discípula Cersei podrá haber incorporado sus enseñanzas y continuar su legado, pero el tono amenazante de la actual Reina no tiene el encanto de este Señor que ha visto el mundo cambiar frente a sus ojos varias veces y supo convertir su casa en la más poderosa de Poniente.

Tywin, como el hombre más rico de los Siete Reinos, siempre ha sido el verdadero poder detrás del poder. Alguna vez la Mano del Rey de Aegys II, renunció a su cargo cuando el Rey Loco nombró a Jaime parte de la Guardia del Rey y le robó la chance de gestar un heredero para la casa Lannister, su única debilidad.

Sin embargo, fue su hijo menor Tyrion el que le costó todo. Su esposa Joanna falleció durante el parto del bebé con enanismo, y Tywin lo culpó y despreció desde entonces (un sentimiento recíproco). Sería ese enfrentamiento el que impulsaría al Señor a llevar a su hijo a juicio por el asesinato de Joffrey y condenarlo aún sabiendo que era inocente.

El resentimiento de Tyrion lo obligó a visitar los aposentos de su padre durante su escape solo para sorprender a Shae, su ex-pareja, en la cama. Después de estrangularla se dirigió a la letrina donde un Tywin indefenso intentó dialogar con los pantalones bajos y el trasero probablemente sucio. El hombre más poderoso de Poniente encontró su irónico e inevitable final sentado en el inodoro y a manos de su hijo, quien lo asesinó de dos flechazos de ballesta después de recordarle la dura verdad: que siempre fue su hijo, le guste a ambos o no.

El legítimo heredero al Trono de Hierro no nos duró ni una temporada. Viserys, quien junto a su hermana Daenerys vivió exiliado en las Ciudades Libres, terminó sus días vistiendo la tan ansiada corona dorada pero no exactamente como lo esperaba.

Viserys tenía todas los números de la rifa comprados desde el primer episodio, en el que se presentó como un hombre oscuro dispuesto a vender a su propia hermana a cambio de un ejército que le garantizara su ascenso al poder. Podemos hablar en algún otro momento de lo polémico de presentar a un personaje que se enamora de su violador, pero la realidad es que Khal Drogo era fiel a Daenerys y no a su hermano.

Con el correr de los episodios Dany se percató de que ella era la representación del poder de la familia y no en el débil Viserys, en particular cuando comprobó que el calor del fuego no la afectaba como buena Targaryen. Eventualmente el príncipe perdió la paciencia, amenazó a Daenerys y a su hijo nonato delante de Drogo, y el Khal no se lo dejó pasar: derritió algunas alhajas de oro en una olla y lo volcó sobre la rubia cabellera mientras los gritos de iluso joven inundaban el lugar.

“No era un dragón,” dijo Daenerys mirando el cuerpo inerte de Viserys. “El fuego no puede matar a un dragón.” 

La implacable asesina que nunca aprobó el entrenamiento de Arya en la Casa de Blanco y Negro es uno de los tantos misterios de los Hombres sin Rostro. Su pasado es una construcción de mentiras y verdades expresadas durante el Juego de las Caras, que incluye una madrastra celosa que intentó envenenarla y un exilio en Braavos.

"The Waif" rechaza la presencia de Arya por considerar que no respeta los valores de los Hombres sin Rostro y no merece la moneda que obtuvo para acceder a la Casa de Blanco y Negro. Por fortuna para la joven Stark el entrenamiento al que la sometió resultó clave en el desenlace de su enfrentamiento final, ya que en el momento decisivo, cuando “The Waif” la acorraló en su escondite, pudo aprovechar los meses de combate a ciegas para obtener una ventaja apagando una vela, la única fuente de luz en el lugar.

No sabemos exactamente cómo eliminó Arya a “The Waif”, pero sí que se aseguró de quitarle el rostro para sumarlo al Salón de los Rostros antes de volver a Poniente.

Lysa Arryn vivió toda su vida a la sombra de su hermana y desarrolló un tremendo complejo de inferioridad, potenciado por el hecho de que el hombre que amaba, Petyr “Meñique” Baelish, nunca tuvo ojos para otra mujer que no fuera Catelyn. Esa es la razón por la que Lysa cayó tan fácilmente en las garras de Petyr y comenzó el enfrentamiento entre las casas Stark y Lannister envenenado a su marido Jon Arryn.

Durante la Guerra de los Cinco Reyes Lysa fue la Señora Regente del Valle gobernando en lugar de su hijo Robin, y a pesar de los pedidos de Catelyn se mostró neutral en el conflicto y escogió aislarse en el Nido de Águilas, la fortaleza de la casa Arryn, pensando que eso la mantendría a salvo.

Después de exiliarse junto a Sansa en el Valle tras el complot para envenenar a Joffrey, Meñique se casó con Lysa, cumpliendo finalmente su promesa. Pero cuando la perturbada mujer vió a su flamante marido besar a su sobrina, viejos y nuevos fantasmas la acosaron, y amenazó con arrojar a Sansa por la Puerta Lunar. Meñique apareció en el momento justo para calmarla, abrazarla y asegurarle que sólo ha amado a una mujer en su vida. Desgraciadamente, antes de empujarla al vacío le susurra “tu hermana” y Lysa muere sabiendo que todo el sacrificio realizado y el dolor que ha causado fue por una promesa vacía y un amor inexistente.

¿Qué puede ser más violento que morir sin haber sido amado? Técnicamente caer desde cientos de metros sobre roca como le sucedió a Lysa, pero entienden el punto.

Como todo villano que se precie de serlo, el Rey de la Noche orquestó demasiado la ejecución del héroe y pagó ese error con su vida. El humano que los Niños del Bosque convirtieron en un zombie helado con poderes sobrenaturales hace miles de años tenía la victoria entre los dedos y se le escapó por un error de cálculo.

Aunque algunos pensamos que el Rey de la Noche triunfó tanto por capacidad propia como por la incompetencia ajena (ese plan de defensa de Invernalia estaba destinado al fracaso desde el primer momento), hay que aceptar que se guardó el truco ese de la tormenta de nieve que deja ciegos a todos hasta el último episodio. ¿Quién imaginaba que podía crear una ventisca tan poderosa como para extinguir el fuego de dragón? Sólo los oportunos guionistas.

El Rey de la Noche se hizo desear pero cada aparición que tuvo fue demoledora: desde aquella vez que transformó a un bebé en un Caminante Blanco con solo tocarlo hasta esa mueca irreverente cuando emergió del fuego después de que Drogon le tirara con todo lo que tenía, nunca pasó desapercibido. Por desgracia esa confianza le jugó en contra y aunque consiguió detener el primer ataque Arya se quedó sin manos para hacerle frente al siguiente movimiento que llevó la daga de Acero Valyrio al centro de su torso y lo hizo estallar en mil pedazos.

Tenía todo para triunfar, condenar al mundo a una noche eterna y eliminar la memoria de la humanidad, pero cuando se es (literalmente) un pecho frío, no hay con qué darle.