El Bugatti Chiron viene de convertirse en el vehículo más veloz del mundo al obtener un récord de velocidad de 490,484 km/h, en el circuito de pruebas de Ehra-Lessien, que pertenece a Volkswagen. Una marca descomunal.

Para que el Chiron, preparado para la ocasión, haya conseguido esa velocidad fueron necesarios cuatro factores: la pista, la ubicación, el clima y, por su puesto, el auto.

“Los cuatro tienen que ser los idóneos y estar perfectamente preparados para que todo esté coordinado. Lo único en lo que no podemos influir es en el clima", explicó Stefan Ellrott, jefe de desarrollo de Bugatti.

La preparación del vehículo contó con el apoyo de Dallara en el chasis y el soporte de Michelin con neumáticos especiales.

Teniendo en cuenta los 1.600 caballos de fuerza del motor W16 de 8.0 litros, el escenario elegido fue el de Ehra-Lessien, en Baja Sajonia, el único circuito posible para garantizar la seguridad de los presentes, empezando por el piloto Andy Wallace que se puso al volante del Chiron.

Por ejemplo, en una ruta cerrada en Nevada, Estados Unidos, donde el Koenigsegg Agera RS había llegado los 457,94 km/h, hubiera sido arriesgado para el vehículo de Bugatti. Esto tiene una explicación técnica y científica.

La pista alemana está a solo 50 metros sobre el nivel del mar, mientras que la estdounidense se encuentra a mucha mayor altitud, a algo más de 1.000 metros. Cuánto más rápido va un auto, más importancia tiene.

A medida que la altitud sube, la presión y densidad del aire baja, y también la resistencia al aire del vehículo. En velocidades de más de 400 km/h adquiere un papel clave. Por eso se puede ir a más velocidad en zonas de mayor altitud, ya que el aire frena menos el auto.

De esta manera, en Bugatti calcularon que en Nevada habrían estado alrededor de 25 km/h para romper la barrera de los 500 km/h. El Koenigsegg Agera RS, al nivel del mar, no habría alcanzado esos 457 km/h.

¿Por qué Bugatti no acelera en Nevada? "La ruta en Nevada es muy larga y solo va en una dirección: las fuerzas de seguridad habrían tardado demasiado en llegar a la escena en una emergencia", explicó Hellrot. "Además, la pista tiene una ligera inclinación descendente de alrededor del tres por ciento. No habría sido correcto establecer un récord allí".

Si bien los récords son interesantes, el CEO de Bugatti parece despedirse de estos desafíos: “Hemos demostrado varias veces que fabricamos los autos más rápidos del mundo. En el futuro nos centraremos en otros proyectos emocionantes", indicó Stephan Winkelmann.

Por otra parte, Andy Wallace, el piloto que se puso al volante contó cómo condujo hacia el récord: “Fui acelerador a fondo desde el principio durante aproximadamente 70 segundos. Para mí era importante estar salir de la curva a 200 km/h para alcanzar la velocidad máxima en la recta. Eso requirió el más alto nivel de concentración”, detalló el ganador de las 24 horas de Le Mans en 1988.