Imágenes inéditas desde hace más de 20 años, entrevistas y experiencias en primera persona de los integrantes de aquel equipo, desde el mismísimo Jordan hasta los suplentes, hasta de los rivales más importantes. ¿El resultado de ese combo? Letal. Basta con ver los números de los dos primeros capítulos transmitidos por ESPN en Estados Unidos, que tuvieron una audiencia de 6,1 millones de espectadores.

Además, "The Last Dance" se convirtió en tendencia mundial en las redes sociales todos los domingos y lunes antes, durante y después del estreno de cada capítulo, generando millones de reacciones en Twitter, Instagram y Facebook. En Argentina, de hecho, hubo quienes siguieron de largo a la noche para esperar que se subieran los episodios en la plataforma.

La magia de "The Last Dance" permitió unir a varias generaciones. Para quienes crecieron con los ojos hipnotizados por aquel equipo, fue viaje a aquellos tiempos felices.

Mientras que para aquellos que nunca vieron a Jordan y compañía, se trató de una inmejorable oportunidad para responderse preguntas esenciales sobre un hombre y un equipo del que escucharon hablar toda la vida: ¿Quién fue Jordan y por qué hicieron historia esos Chicago Bulls? En definitiva, conocer en detalle a la dinastía más emblemática de la historia de la NBA, más allá de ver videos con sus mejores jugadas.

Las búsquedas en Google sobre los productos relacionados a Jordan y Chicago Bulls crecieron exponencialmente con el estreno del documental.

De hecho, un par de zapatillas "Air Jordan 1" con las que el número 23 de los Bulls brilló durante su carrera fue subastado en una cifra récord de 560.000 dólares.

Es difícil encontrar un sólo argumento preciso para explicar por qué nada fue lo mismo después de los Chicago Bulls que lideraron la NBA durante casi toda la década de 1990.

Quizás, más allá del impacto que causaron, simplemente se trate de disfrutar de un equipo que supo encastrar todas sus piezas, con un Michael Jordan que conducía con un talento sin igual y un Phil Jackson que supo domesticar todas las personalidades y los egos.