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¿Por qué algunas lesbianas no se consideran mujeres?

Dentro del movimiento feminista, el enunciado es "mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries". Pero, ¿por qué las lesbianas se enumeran aparte? Muchas de ellas no se sienten representadas por el concepto mujer. En esta nota te explicamos por qué.  

¿Por qué algunas lesbianas no se consideran mujeres?

En esta nota trataremos de explicar una cuestión que poco se habla pero mucho dice sobre la lucha feminista y la participación de las lesbianas en ella. 

En cada marcha y en cada asamblea, la enunciación "mujeres, lesbianas, travestis, trans y disidencias" resuena y resume así quiénes integran el movimiento de nuestro país. ¿Pero por qué las lesbianas se separan del concepto de mujer? ¿Hay lesbianas que no se consideran mujeres? 

La respuesta es que sí, hay lesbianas que no se consideran mujeres. Y si bien esta afirmación puede generarnos confusión, desde Filo.News entrevistamos a la periodista del suplemento Soy de Página 12, Adriana Carrasco, militante feminista y lesbiana que nos señaló qué aspectos considera problemáticos en la afirmación "las lesbianas no son mujeres", de dónde viene dicha afirmación y por qué hay lesbianas que la sostienen con énfasis. 

Primero, la teoría

Antes de empezar con la entrevista, es importante que, si les interesa mucho este tema, puedan leer este texto de la pensadora feminista francesa Monique Wittig. En él plantea, a principios de los años 80, quela heterosexualidad no es una orientación sexual sino un régimen político, un modo de entender y organizar el mundo. ¿Por qué citamos "El pensamiento heterosexual" antes de comenzar con la nota? Bueno, porque de esa publicación se desprende que las lesbianas no son mujeres. 

Monique Wittig (1935-2003). Escritora francesa y teórica feminista. Creadora de 'El pensamiento heterosexual'.
Monique Wittig (1935-2003). Escritora francesa y teórica feminista. Creadora de "El pensamiento heterosexual".

"En Buenos Aires lo más frecuente es una lectura identitaria con dicho texto. Se sostiene que ser lesbiana es una identidad de género en si misma y no sólo una orientación sexual. Yo no hago esa lectura de Wittig, porque me forme en el feminismo materialista y esa corriente es la corriente de la que proviene ella", aclara la militante. 

¿Qué es el materialismo feminista? En palabras simples, esta corriente de pensamiento destaca que el capitalismo y el patriarcado son fundamentales para comprender la opresión de las mujeres. Según el feminismo materialista, el género es una construcción social en donde se nos impone a las mujeres las tareas de cuidado de los integrantes de la familia y de los adultos mayores, independientemente de que pertenezcan o no a la familia. Se nos impone un servicio físico que no es reconocido como trabajo y no recibe salario.  

¿Qué es ser mujer? ¿Qué es ser lesbiana?

Foto: Emergentes.
Foto: Emergentes.

"El feminismo materialista- en la versión de Colette Guillamin, que es la que toma Monique Wittig- define como mujer a aquella persona perteneciente al grupo social que se encuentra bajo la opresión de otro grupo social (hombres), esa opresión se da a través de la apropiación de los cuerpos de las mujeres. Existe una apropiación privada (la dedicación de la mujer a cuidar al marido y al padre, por ejemplo) y una apropiación pública de los cuerpos (la obligación de las mujeres de enseñar y siempre cuidar a las personas mayores)", sostiene Adriana. 

En síntesis: algunas lesbianas no se consideran mujeres porque las mujeres (que son socialmente obligadas a la heterosexualidad) están en situación de opresión por los varones cisgénero (esposos, parejas heterosexuales, etc). Recordemos que cisgénero son las personas que se autoperciben con el género impuesto al nacer.

Wittig plantea que las lesbianas son fugitivas del régimen heterosexual. Que al no estar vinculadas sexoafectivamente con un varón, se fugan del contrato social establecido. "Aun así, la autora sostiene que, nos fugamos, pero no hay una tierra prometida para nosotras. Estamos en condición de fugitivas siempre", sostiene la periodista y destaca: "Desde mi punto de vista, no creo que las lesbianas hayamos logrado zafar de la apropiación pública. Socialmente, y más allá de la cuestión de los cuidados, las lesbianas seguimos expuestas socialmente a la situación ´mujeres´, aunque nos vistamos o seamos visiblemente más machonas. Si te presentás en la calle como machona, estás transgrediendo límites y estás librada a toda clase de castigos físicos como la violación correctiva y la muerte. Entonces, ¿cuánto logramos zafar de eso? Me refiero a la situación social. Por eso Wittig dice 'no hay tierra prometida' para nosotras. Está la posibilidad de transicionar, y ahí se abre otro camino".

Así como ser mujer blanca no es lo mismo que ser una mujer negra y mucho menos una mujer negra y pobre, dentro de la existencia lesbiana, sucede lo mismo. "Hay muchas maneras de ser lesbiana. Hay maneras políticas de ser lesbiana, hay maneras sociales. Nos atraviesa la clase, la raza", explica.

Un poco de luz a las tortas

Pepa Gaintan fue asesinada en el 2010 por ser lesbiana. Su suegro le dio un escopetazo y la dejó tirada en la calle agonizando.
Pepa Gaintan fue asesinada en el 2010 por ser lesbiana. Su suegro le dio un escopetazo y la dejó tirada en la calle agonizando.

"Nosotras iniciamos nuestra lucha en el 86. Hasta entonces las lesbianas no existíamos bajo esa denominación. Era una palabra que se usaba secretamente, como burla a veces, aparecía mencionada en revistas de humor, pero no era una palabra del lenguaje común. Se decía ´fulana de tal es torti´, ´fulana es pan con pan´ o cosas así. Eramos marimachos, pero la palabra lesbiana no se usaba", explica. 

Adriana y sus compañeras de militancia marcharon con una bandera con la palabra "lesbiana" por primera vez el 8 de marzo de 1988. Se animaron. Hace menos de cuarenta años, dicha palabra era tabú en nuestra sociedad que aún castiga y hostiga a estas minorías.

Aunque la discriminación de las lesbianas continúa vigente, la invisibilización de este colectivo arrastró consigo brutalidades que hoy parecen sacadas de un cuento de terror. "No existíamos, entonces nadie te decía que te reprimían por ser lesbiana, sufrías un montón de desprecios de madres de compañeras de colegio, de las directivas de la escuela. O en el trabajo, pasaba más por la burla, la insinuación. Entre los años 40 y los 60, cuando padres y madres detectaban ese tipo de comportamiento, muchos y muchas eran sometidas a electroshocks o terapia de adecuación para que se hicieran heterosexuales", cuenta la militante.

"Había muchas maneras de reprimir. Yo caí en cana en el 86, me encerraron en una comisaria rodeada de policías que se burlaban y me preguntaban ´¿Con qué lo hacen?´. Porque para ellos, sin un pene, no hay sexualidad. Hay una fijación de los tipos con este tema, ¿cómo podemos tener sexo sin ellos en el medio? No lo entienden. No entienden cuando no se los necesita en el plano sexual. Yo no creo que estemos totalmente libres de la jaula de ser mujer por ser lesbianas", refuerza.  

Y también un poco de negrura

Marielle Francisco da Silva. Asesinada en Rio de Janeiro el 14 de marzo de 2018, fue una socióloga, feminista, política y lesbiana brasileña. Militante de los Derechos Humanos y de los derechos de las mujeres negras en Brasil.
Marielle Francisco da Silva. Asesinada en Rio de Janeiro el 14 de marzo de 2018, fue una socióloga, feminista, política y lesbiana brasileña. Militante de los Derechos Humanos y de los derechos de las mujeres negras en Brasil.

Así como hay lesbianas que no se consideran mujeres, muchas mujeres negras, por ejemplo, rechazan ese concepto. La interseccionalidad (tener en cuenta las distintas opresiones que sufren las personas según su raza, clase social, orientación sexual, etc) es clave para analizar cualquier tipo de feminismo. 

Al movimiento actual se lo señala como uno liderado, en la mayoría de sus espacios de poder, por mujeres blancas con una realidad completamente distinta a la del resto de sus pares. "La lectura identitaria de Wittig, a mi modo de ver, es una lectura forzada. Son autoras europeas, no dan cuenta de la situación en el Río de la Plata. Me encontré con mujeres lesbianas negras que refieren otra situación distinta, que se resisten a rechazar la categoría de mujeres. Wittig habla de la situación de la mujer y la compara con la esclavitud. Con esa afirmación las negras se agarran los pelos, porque todas esas mujeres europeas que teorizan no tienen en cuenta que ellas mismas han esclavizado y han vivido del trabajo de esas mujeres negras. ¿Cómo pueden comparar la situación de las mujeres blancas con la de las negras esclavizadas? Ellas no quieren renunciar a la categoría de mujeres siendo lesbianas. Para ellas, en este momento, es más fuerte la identidad de mujer negra que la identidad de lesbiana", aclara. 

"Lo que está en disputa es la cuestión de la situación, las condiciones materiales de existencia. Lo que no se puede o lo que deberíamos dejar de hacer, las académicas sobre todo, es seguir con este feminismo abstracto. Que abstrae el género y analiza distintas cuestiones por separado y no toma la existencia concreta de cada une de nosotres. Al ser humano en situación, esa existencia histórica, territorial. No es lo mismo vivir en 2019 en Buenos Aires que vivir en 1970 en Los Ángeles o Angola", finaliza Adriana. 

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