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Actualidad #Aborto legal

¿Se puede ser católico y estar a favor del aborto legal?

Filo.News presenta un informe especial sobre religión, Estado, métodos anticonceptivos, salud pública, fe y los derechos que hoy reclaman las mujeres en pos de igualdad. 

¿Se puede ser católico y estar a favor del aborto legal?
¿Es posible estar a favor de que se legalice el aborto y ser católico? (Portada: Filo.News)

Un país, dos posturas. Durante el 2018, el debate que discutió la aprobación del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo dividió a la población argentina en dos colores: verde y celeste. Ambos, distintivos de las posturas a favor y en contra de que se legalice el aborto legal, seguro y gratuito en la Argentina. 

Ante la ausencia de medidas en la salud pública, de la ESI, el incremento de muertes de niñas, adolescentes, jóvenes y adultas por decidir realizarse un aborto en condiciones ilegales y precarias, y las desigualdades que posicionan a la mujer por debajo de los hombres una vez más, decenas de colectivos feministas, organizaciones y ciudadanos apoyaron la campaña en pos de la legalización.

Ilustración: humor | Fuente: Instagram @cdd.argentina

Por su parte, sectores más conservadores de la sociedad, asociaciones y principalmente, las diferentes instituciones e iglesias, se aferraron al "Derecho a la vida", presente en la Convención Americana sobre Derechos Humanos, mejor conocido como Pacto de San José de Costa Rica.

La oposición a la interrupción voluntaria del embarazo se basó en argumentos basados en tal derecho -que sostiene que hay vida "a partir del momento de la concepción", opiniones médicas y, desde la fe y religión adoptada.

Sin embargo, aunque la sociedad argentina quedó parcialmente fragmentada por dogmas y creencias, no se trata de una cuestión meramente encasillada. En otras palabras, ¿se puede ser católico y estar a favor del aborto legal?

Para responder esta pregunta, Filo.News conversó con las Católicas por el Derecho a Decidir, Marta Alanis y María Teresa Bosio, con el sacerdote de Opción por los Pobres, Paco Olveira, y la presidenta de Fampaz (Familias del mundo unidas para la paz), Olga Muñoz.

"Las personas podemos adscribir a una determinada fe religiosa y tener disensos o discrepar con los discursos de la jerarquía católica que no incluyen los derechos de las mujeres", cuenta Marta Alanis, integrante e impulsora de Católicas por el Derecho a Decidir y miembro de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto.

"La doctrina católica no incluye al aborto como dogma de fe", menciona por su parte María Teresa Bosio, presidenta de la asociación Católicas por el Derecho a Decidir y docente en la Universidad Nacional de Córdoba.

Para la presidenta, se trata de una posición moral que la jerarquía fue construyendo a lo largo de la historia. Según lo explica, Santo Tomás de Aquino y San Agustín eran defensores de la hominización tardía, ellos sostenían que el alma se aloja en el ser vivo a los 90 días si era mujer y a los 40 si era varón.

"Esto señala que como siempre a las mujeres nos pusieron a la cola en el campo de las religiones, pero también que el inicio de la vida humana sigue siendo un debate incluso dentro de la Iglesia Católica", argumenta Bosio.

Desde su práctica y desempeño, el padre Paco Olveira tiene una mirada al respecto: "No sólo es posible sino que hay militantes y militantas por la legalización del aborto que son católicos y católicas practicantes. ¿De qué manera? En primer lugar lo básico en un cristiano es la conciencia y hay una forma de ver este tema distinta a la postura oficial de la Iglesia católica".

María Teresa Bosio junto a sus compañeras por la campaña | Foto: Twitter @bosio_maria

Sin embargo, Olga Muñoz, presidenta de la asociación sin fines de lucro, Fampaz, ofrece otra postura al respecto. "Nunca escuché a nadie católico aprobar el aborto porque es sinónimo de muerte. Una práctica desterrada desde que la civilización se humanizó, defendiendo los derechos humanos. Eso en la parte legal", sostiene.

"Respecto a lo religioso, nunca un católico que ame a Jesús puede aprobar la muerte realizada por su propia voluntad, o quemando a un bebé con sales, o dejándolo morir en la vasija de cirugía donde hay médicos especializados en terminar con la vida de minorías que no se pueden defender", considera Muñoz.

Una organización religiosa a favor del aborto legal: Católicas por el Derecho a Decidir

La organización surge en Argentina durante el año 1993, impulsada por Marta Alanis, su fundadora. Se origina con el acompañamiento de la Oficina Regional para América Latina y con la intención primera de conocer cómo viven la sexualidad, la reproducción y el aborto las mujeres católicas de sectores populares. 

"En esos tiempos yo estaba vinculada a la coordinación de las ollas populares sostenidas en gran parte por mujeres católicas ante una crisis similar a la actual", recuerda la mujer pionera, aquella que inició la agrupación.

Alanis compartió esta experiencia con feministas de la talla de Sara Josefina Newbery, mejor conocida como SafinaNewbery, antropóloga argentina quien se convirtió en monja para evadir el matrimonio y las imposiciones sociales que validaba su familia. Optó entonces por construir una mirada feminista de la teología y pudo escuchar a las mujeres en clave de liberación.

Otro nombre clave en el surgimiento de Católicas fue Critina Grela, quien colaboró para el armado en Uruguay.

"Nosotras reivindicamos el derecho a decidir y a disentir de lo que dice la cúpula masculina de la Iglesia Católica en temas de sexualidad, moral, reproducción o no reproducción", asegura Alanis, quien añade que en la actualidad las mujeres católicas abortan, estén o no a favor de la legalización.

Católicas por el Derecho a Decidir reflexiona, además, sobre las decisiones que se toman en en la vida privada y las vuelven públicas, sacándolas del tabú y el pecado. Se definen como una fuerza dentro de la Iglesia que da cuenta y registra que muchas personas creyentes viven y desean una sexualidad diferente, no heteropartiarcal y reproductiva tal como es el mandato de la jerarquía.

"Sostenemos que esos mandatos rígidos, asociados al pecado y a la sospecha sólo generan desobediencia y doble moral, que se va plasmada en los casos de abusos y acosos al interior de las relaciones afectivas. Para nosotras la sexualidad un bien y un valor que nos posibilita una vida buena, de placer, de respeto y de amor", opina, por su parte, la presidenta Bosio.

"Como mujeres católicas defendemos la libertad de conciencia en lo que se refiere a nuestra sexualidad y creemos que la maternidad no puede estar sometida a un determinismo biológico sino que una elección movida por el deseo, en el marco de un proyecto de vida individual o compartido con la pareja", asegura con respecto a la legalización del aborto.

Estado laico y apostasía colectiva

Durante el 2018 los pañuelos no sólo se alzaron en pos de la despenalización del aborto (y en contra), sino que también en reclamo de la separación Iglesia-Estado.

"No olvidemos que los jesuitas fueron encarcelados, maniatados y sacados del país a pedido del presidente Rivadavia. ¿cuál era el fin? quedarse con los bienes", sostiene Olga Muñoz.

Apostasía colectiva de Actrices Argentinas | Foto: Instagram @lolafonca

Añade: "El Estado tiene una gran deuda nunca pagada. Me hace acordar a Evo Morales cuando dijo: 'si quieren hacer justicia, espero que a Bolivia le devuelvan el oro, el estaño y todo lo que se llevaron de este país en aras de la civilización'. Creo que lo mismo tendría que decir la Iglesia. Perdió sus bienes y muchas cosas, perseguida y atacada como ahora. Es historia vieja, ninguna novedad". 

"Por supuesto que el Estado debe ser laico, asegura el Padre Paco. "Debe haber una separación absoluta, fundamentalmente por libertad de la Iglesia, no puede estar atada al poder político no importa el partido que sea. Tenemos que ser una Iglesia libre para denunciar lo que haya que denunciar y trabajar en lo que se necesite", argumenta.

El sacerdote reconoce que es un tema que posee muchas aristas. "Una cosa es que haya separación Iglesia-Estado: que el conjunto de los ciudadanos le paguemos el sueldo a un obispo o que el intendente de Avellaneda tenga que ir el día de la Asención de la Virgen María -patrona de los católicos de Avellaneda- a escuchar al consejo deliberante, a un obispo dar un discurso, mientras él está callado. Como ocurrió la última vez, donde se habló en contra del aborto y el intendente se re calentó. Ahí creo que no hay ninguna razón para que haya una unión entre Iglesia-Estado", afirma.

Sin embargo, brinda otro punto de vista. "Otra cosa es que el Estado -que colabora con un montón de organizaciones sociales- también colabore con la Iglesia Católica en las acciones de bien público.  Por ejemplo: la Fundación Isla Maciel recibe un dinero para pagar distintos sueldos del centro de prevención y adicciones, que llevamos nosotros adelante", menciona respecto a la ayuda económica que se recibe.

Actrices apostatando | Foto: Instagram @lolafonca

La separación Iglesia-Estado no se manifiesta solamente con pañuelos. Diversas actrices argentinas fueron referentes de una acción para desvincularse de la institución a la que adscribieron mediante el Bautismo. Eso es apostatar.

"La apostasía es una acción que da cuenta de que mucha gente no se siente parte, ni representada por el discurso religioso conservador, que no es capaz de escuchar ni de comprender los cambios culturales en los cuales el movimiento feminista y la disidencias sexuales construyeron un reconocimiento de los derechos de los que estábamos privadas y que además nos hacían creer que eran naturales no tenerlos, como por ejemplo: las identidades sexuales, el derecho a la anticoncepcion, al aborto legal, la educación sexual", comenta Bosio, que como presidenta de Católicas por el Derecho a Decidir, asegura que defienden la laicidad del Estado.

"Entiendo a las personas que quieren apostatar", reconoce el Padre Paco quien se remite al caso de Nora Cortiña. "Todos los aniversarios del Padre Mugica va a la misa, comulga y sin embargo, quiere apostatar. Es decir, ella se siente realmente parte de la fe en Jesús -incluso en los ritos católicos donde se hace presente, por ejemplo, en la Eucaristía- pero sin embargo no quiere formar parte de una institución que siente que sigue defendiendo lo indefendible", menciona y descarta algunas inexactitudes como que por cada bautizado, el Estado pone una plata. "Eso es totalmente mentira", clarifica.

"Creo que la apostasía es un movimiento contra la institución eclesial y que muchas veces no tiene que ver con la fe que uno tiene", dice Paco.

Olga Muñoz también expresó su postura al respecto: "Los que no quieren seguir estando dentro de la Iglesia y presentan cartas al arzobispado, me parece fantástico, nadie está obligado. Si no están de acuerdo con defender la vida y el amor a Dios, la moral, que tiene que existir en un pueblo, los derechos de conocer la verdad para ser libres -como decía San Pablo-, pues que se vayan, rezaremos por ellos. Creermos que al final de los tiempos, llegará la conversión".

Métodos anticonceptivos: ¿una contradicción en la Iglesia Católica?

La Iglesia Católica se opone al aborto pero tampoco avala el uso de métodos anticonceptivos. "Es irracional oponerse al uso del preservativo. Me parece que no requiere el más mínimo análisis. El Evangelio no es una serie de preceptos morales sino una forma de vivir la vida poniendo en el centro a los más pobres", argumenta el cura.

María Teresa Bosio asegura que la jerarquía religiosa no es capaz de escuchar al movimiento de mujeres, al pueblo feminista. 

Dolores Fonsi apostata | Foto: Instagram @lolafonca

"No tiene en cuenta nuestras necesidades, ni nos reconoce como sujetas de derechos, lo cual nos pone siempre en situaciones de subordinación y vulnerabilidad.  El obispo Angelelli dijo una frase hermosa en su frase: 'Con un oído en el pueblo y otro en el evangelio'", mencionó al tiempo que manifestó que si la cúpula católica no es capaz de comprender sus razones, están negando a este Jesús que en su época sí hizo ese esfuerzo. 

"Jesús siempre optó por los más pobres y los que tenían menos derechos. Las mujeres en ese contexto, casi no tenían ninguno", menciona Bosio.

"Él se rodeó de ellas y las dignificó en cada milagro, el de la mujer que sangraba (quizás por un aborto mal hecho)  y era considerada impura, en la mujer encorvada por el duro trabajo cotidiano, en la mujer acusada de adultera por los varones patriarcales de la época, en la María Magdadela que tuvo la valentía de quedarse a los pie de su martirio acompañando a María mientras los varones que lo seguían habían huido o lo negaron, como Pedro", continúa, efectuando una lectura feminista del Evangelio y una de alguna forma contradicción, que señala cuán equivocada está  la jerarquía al desconocer su organización.

Para Marta Alanis, el rechazo al uso de anticonceptivos se trata de una jerarquía católica sexofóbica que se opone a todo lo relacionado con el placer. "Me da pena por las culpas que genera pero disfruto enormemente el avance del Feminismo en Argentina y en América Latina. Nosotras no recomendamos que las mujeres aborten, estamos exigiendo que sea una opción", reflexiona.

¿Qué opina la Iglesia Católica?

La institución se opone completamente a la interrupción voluntaria del embarazo. Sus argumentos están íntegramente basados en "la defensa de la vida", como máximo derecho del ser humano, que proviene de Dios y en él finaliza.

"Es un tema muy espinoso", considera el Padre Paco, quien amplía: "Aborto suena a muerte, a matar, y eso también estuvo en mi formación durante mucho tiempo. Quizás cuando era más pequeño o adolescente pensaba el aborto como alguien que mata a una criatura".

Olveira se reconoce en contra de "las dos posturas extremas". Desde su perspectiva, una de ellas es la que sostiene "es mi cuerpo y hago de eso lo que se me dé la gana", referencia a la liberación femenina. "Tampoco estoy de acuerdo con la otra postura que sostiene que la que aborta es una asesina, y que quienes defienden esto son 'pro vida', considerando que los que están a favor del aborto legal, seguro y gratuito serían 'pro muerte'", considera.

El sacerdote lo explica: "Creo que acá hay una cuestión que es científica. Una cosa es que haya vida humana y otra es que haya vida. Yo puedo tener una muerte cerebral y donar mis órganos porque tienen vida, sin embargo, en mi cuerpo ya no hay un ser humano pero hay vida en los órganos. Hoy yo creo que la ciencia nos está diciendo que durante los dos meses hay vida pero no está formado el cerebro, por lo tanto no hay una persona".

"Lo que a mí más me preocupa es que se mueren las mujeres pobres por hacer abortos de forma clandestina, sin ningún tipo de seguridad por no poder hacerlo legalmente", lamenta Olveira.

"El mal llamado proyecto de interrupción voluntaria del embarazo es asesinar pero con otro nombre", reitera la presidenta de Fampaz, Olga Muñoz. "¿Por qué digo asesinar? porque entre tres, dos o una que tiene uso de razón, se decide matar al más inocente: al que lleva en el vientre", agrega.

Para brindar su argumento, se remite a Troya: "cuando las madres querían hacer fuertes guerreros y dejaban morir a los más indefensos. Fue considerado una violación y un crimen de lesa humanidad". Y complementa al recordar el año 1984, cuando el Congreso sancionó la ley 23.054, que aprobó el Pacto de San José de Costa Rica, y con ello, el Derecho a la vida.

"Creo que ninguna persona con sentido común está a favor del aborto", sostiene al tiempo que comenta que realizó una encuesta barrial. "Recorrí las calles preguntándole a los porteros: 'si a usted le dan una bolsa de polietileno y le dicen que en ella ponga un bebito, que fue abortado y todavía se mueve, ¿cerraría la bolsa?'. Me dijeron: 'señora, no soy un asesino'. No lo dice Olga, lo dice el pueblo, lo que no quieren escuchar los que promueven la interrupción voluntaria del embarazo", asegura. 

María Teresa Bosio, presidenta de Católicas, discrepa mediante su perspectiva. "La Iglesia es diversa en su conformación. La jerarquía impone la idea que la iglesia es monolítica, nosotras creemos que no", asegura y añade que son diversas las creencias religiosas que las personas construyen y que no siempre se adhiere a los preceptos que construye la jerarquía. 

"Las mujeres católicas abortan, lo hacen encomendándose a la virgen de su devoción. Eso lo sabemos", afirma Bosio.

Marta Alanis amplía: "La Iglesia Católica se opone al aborto, digamos la jerarquía católica, que no debiera saber mucho de mujeres ni de sexo por sus votos de castidad pero se atribuyen el permiso para disciplinar la vida de la comunidad, especialmente a las mujeres. Se opone también a las diversas expresiones e identidades de la sexualidad mientras tras los muros se someten a niños, niñas y mujeres que han realizado innumerables denuncias públicas".

Respecto a los abusos de menores cometidos por sacerdores, el Padre Paco se muestra inflexible. "Los curas no nos tenemos que meter en la cama de nadie pero la Iglesia nos tendría que dejar estar con quien elijamos, por supuesto con consentimiento mutuo y adultez. Odio a los pederastas que son simplemente delincuentes", se sincera.

"A mí este tema de la campaña por el aborto legal me costó el destierro. Fue la última gota que colmó el vaso de una relación cada vez más conflictiva con el obispo de Avellaneda-Lanús, diósesis a la cual yo estaba prestado porque en sí soy de Merlo-Moreno", cuenta. El sacerdote perteneció durante trece años a la Parroquia de la Isla Maciel, ahora trabaja en Jesús de Nazareth.

Las palabras del Papa Francisco: ¿discurso desafortunado o legitimación de una postura?

Una de las frases más resonantes del Papa con respecto a la despenalización fue la siguiente: "Algunos casos de aborto son lo mismo que hacían los nazis pero con guantes blancos". ¿Qué sienten sus fieles al oír estas palabras?

"Es terrible que nos comparen con los Nazis, no tenemos nada que ver con el genocidio", se alarma Bosio. "Creemos que la mujeres y las personas gestantes tienen derecho a decidir cuando ser madres, y que un embarazo no deseado, inoportuno, no puede ser una imposición", agrega.

Declaraciones del Papa ante el debate por la despenalización del aborto

"Sabemos que los abortos se realizan, que es una cuestión de salud pública y que nos debemos desde la política un trabajo para prevenir estos embarazos, pero también es un derecho el respetar la decisión de una mujer que no puede asumir la maternidad. Como decíamos, la maternidad se construye desde el deseo y es parte de un proyecto de vida. No puede ser una imposición biológica", manifiesta.

Marta Alanis asegura: "Los dichos del Papa acerca del movimiento feminista y diputados/as que apoyan el derecho al aborto fue ampliamente analizados y difundidos por nuestra organización, redactamos una carta abierta donde lo invitamos a la misericordia y le recomendamos que con ira no puede comprender ni acompañar a las mujeres en momentos de decisiones difíciles".

El Padre Paco Olveira reconoce que fue una frase extrema. "Es una opinión. El Papa de Roma puede decir algo pero lo importante es trabajar con la verdad y la justicia", asegura.

"La Iglesia institución no va a cambiar y me parece que está bien que no se le pida que cambie ya que está bien que cada uno, en democracia, piense lo que quiera. Lo que no se puede hacer es presionar a legisladores y saltarse la ley cuando me conviene, como meterse en una sala donde se va a practicar un aborto no punible y a los gritos obligar a que no se haga. Porque entonces la ley es cuando les interesa", considera.

Dos posturas, un tema: legalizar el aborto en la Argentina

El sacerdote recuerda que en el primer momento la Conferencia Episcopal tuvo una posición mucho más moderada en el debate, aunque se fue tergiversando en acciones individuales. 
En este sentido y ante las palabras del Papa en momentos en los que el pueblo exige salud pública y humanidad frente al momento de ser madres, ¿cómo debería ser el discurso de la Iglesia? 

"Tendría que ser sincero, donde uno se abra a otras posturas y posiciones, que no sea unirse con los sectores más conservadores de las Iglesias", cierra.

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