¿A la noche das vueltas y te cuesta dormirte? Puede que este inconveniente esté relacionado con la falta de sexo, ya que la actividad sexual ayuda a segregar una hormona (la oxitocina, hormona "del amor"), importante para tener un sueño adecuado y placentero.

Tener un estado de ánimo cambiante y altibajos puede ser un síntoma de que el cuerpo necesita sexo. Cuando se pasan semanas y meses sin sentir satisfacción sexual, hay un mayor riesgo de estallar en emociones negativas como la irritabilidad, el pesimismo y otros cambios de humor bruscos.

En mayor y menor medida, una persona puede tener fantasías sexuales o pensar mucho en sexo cuando transcurre un buen tiempo sin tener relaciones.

Lo mismo ocurre durante el sueño: es más normal tener sueños sexuales que los tradicionales cuando hay falta de sexo y es un indicio de que el cuerpo está ansioso por tener un encuentro íntimo con alguien.

Diversos tipos de malestar físico pueden ocurrir cuando hay falta de sexo, ya que la misma disminuye la producción de serotonina y endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad y famosas por actuar como un analgésico natural.

Puede resultar insólito, pero es real: el sexo puede mejorar la salud de la piel, ya que sus poros se abren y liberan las impurezas que se suelen acumular y que dan lugar a las imperfecciones.

Si notamos que, de repente, el rostro perdió o se disminuyó su brillo natural y hay más acné de lo habitual, puede ser un indicio claro de falta de sexo.