Donald Trump asisitó ayer a la exclusiva cena del club Gridiron, donde se juntaron políticos, empresarios y periodistas, esa raza a la que el presidente EEUU criticó constantemente desde su campaña hasta bien entrado su mandato. 

Durante la cena, el presidente bromeó en varios tramos de su discurso, lo que se puede ver como un acercamiento, o por lo menos un congelamiento en la discusión, donde Trump acusa constantemente a la prensa de promover Fake News para perjudicarlo. 

"No voy a descartar una conversación directa con Kim Jong-un; respecto al riesgo de tener que tratar con un loco, ese será su problema, no el mío", bromeó el presidente al dirigirse a los cerca de 660 invitados que acudieron al evento. 

Otro de sus históricos antagonistas, el ya fallecido líder cubano Fidel Castro, también se coló en la alocución presidencial cuando Trump afirmó que con solo mentar su nombre habría conseguido que toda la bancada demócrata le hubiera ovacionado en pie durante el pasado discurso sobre el Estado de la Unión.

Uno de los chascarrillos de Trump mejor recibidos por los asistentes, sin embargo, no tuvo a un enemigo como blanco de sus chanzas, sino que hacía referencia directa a su yerno, Jared Kushner, quien esta semana vio rebajada su credencial de seguridad en la Casa Blanca de "alto secreto" a "secreto".

"Antes de empezar me gustaría disculparme por llegar un poco tarde. Ya saben, llegamos tarde esta noche porque seguridad no dejaba pasar a Jared", bromeó.

Con retrasos de hasta tres horas en la apertura de urnas en el sur del país y una baja participación durante la mañana, los italianos votan hoy para elegir un nuevo gobierno, en un escenario que tiene como favorita a una gran coalición de centroderecha.

Más de 46 millones de italianos están habilitadas para concurrir a las urnas entre las 7 y las 23 (4 horas menos en Argentina) para iniciar el proceso de formación de un nuevo Ejecutivo.

A las 12, tras cinco horas de voto, la participación era escasa en las 7.958 comunas del país: solo había votado el 19.38% del padrón a nivel nacional, según los datos aportados por el Ministerio del Interior.

De mantenerse la tendencia, la concurrencia a las urnas rondará en torno al 62% de asistencia, sensiblemente menor al 75% registrado en 2013, cuando se votó en dos días: domingo 24 y lunes 25 de febrero.

La alianza de derecha formada por la Fuerza Italia de Silvio Berlusconi, Liga Norte, Hermanos de Italia y Nosotros con Italia es la mejor posicionada para alcanzar el 40% de votos, el mínimo necesario para poder formar gobierno, siempre y cuando se mantengan unidos tras el voto.

El oficialista Partido Democrático y el Movimiento Cinco Estrellas, aspiran a ser los partidos más votados a nivel individual y poder completar con alianzas post electoral los apoyos necesarios para recibir el encargo del presidente Sergio Mattarella de formar un Ejecutivo que le de al país el gobierno número 65 en 71 años.

Los militantes del partido Socialdemócrata alemán aprobaron mediante un referéndum interno que aprobó la integración del partido a la coalición con los conservadores, partido de Ángela Merkel. 

Tuvieron que pasar cinco meses de negociaciones, en los que el partido de la canciller intentó una negociación para formar un gobierno tripartito entre liberales y verdes, partidos opuestos ideológicamente. 

En los próximos días, los socialdemócratas darán a conocer los nombres de las personas que dirigirán los ministerios que acordaron: Exteriores, Finanzas, Trabajo y Asuntos Sociales, Justicia, Familia y Medio Ambiente. Ya se conoce que serán tres hombres y tres mujeres.

El 14 de marzo se espera que el parlamento alemán (Bundestag), que en ese día tiene período ordinario de sesiones, elija y le de investidura a Merkel como canciller por cuarto mandato consecutivo, informó la agencia de noticias DPA.

En la primera votación necesitará la mayoría absoluta de los votos de los diputados, que previsiblemente logrará sin dificultad dado que la suma de conservadores y socialdemócratas alcanzan. 

Sin embargo, podría haber tensión ya que por primera vez en más de medio siglo en la Cámara se sienta un partido de ultraderecha y xenófobo, Alternativa para Alemania (AfD).