Hace 37 años, el 12 de febrero de 1984 moría Julio Cortázar. Había nacido en Bruselas, vivió y murió en París y, sin embargo, fue un escritor argentino.
Julio fue un niño enfermizo y pasó mucho tiempo en cama, por lo que lo acompañó la lectura. A los nueve años ya había leído a Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe, padeciendo por ello frecuentes pesadillas durante un tiempo.
En 1953, se casó con Aurora Bernárdez, una traductora argentina, con quien vivió en París con algunas dificultades económicas, hasta que acepto traducir la obra completa de Edgar Allan Poe en español para la Universidad de Puerto Rico. Dicho trabajo sería considerado luego por los críticos como la mejor traducción de la obra del escritor estadounidense.
Cortázar fue amigo de numerosos escritores, lo cual quedó plasmado en los más de quinientos libros dedicados de su biblioteca personal al momento de su muerte.
En su legado dejó 7 novelas entre las que se destacan con excelencia, Rayuela, escrita en 1963 y con la que creó una estilo particular de lectura y múltiples interpretaciones.
- 1960: Los premios
- 1963: Rayuela29
- 1968: 62 Modelo para armar
- 1973: Libro de Manuel
- 1986: Divertimento (escrita en 1949)
- 1986: El examen (escrita en 1950)
- 1995: Diario de Andrés Fava
Y 9 libros de cuentos con una prosa única y un estilo escalofriante delicioso.
- 1951: Bestiario
- 1956: Final del juego
- 1959: Las armas secretas
- 1966: Todos los fuegos el fuego
- 1974: Octaedro
- 1977: Alguien que anda por ahí
- 1980: Queremos tanto a Glenda
- 1982: Deshoras
- 1994: La otra orilla (escrito entre 1937 y 1945)
En 1983, con la vuelta de la democracia en Argentina, Cortázar hizo un último viaje a su patria, en donde fue recibido por sus admiradores, sin embargo el presidente Raúl Alfonsín se negó a recibirlo.
Cortazar falleció un 12 de febrero de 1984, a causa de una leucemia. Sin embargo, en 2001, la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi afirmó en su libro sobre el escritor que creía que la leucemia había sido provocada por el sida, virus que el escritor habría supuestamente contraído durante una transfusión de sangre en mal estado en el sur de Francia.
Su tumba en Montparnasse, París, tiene sobre su lápida la imagen de un cronopio, personaje creado por el escritor y en la actualidad es costumbre dejar sobre ella recuerdos como guijarros, notas, flores secas, lápices, cartas, monedas, billetes de metro con una rayuela dibujada, un libro abierto o paquetes de cerezas.
En Buenos Aires , el escritor también tiene sus homenajes y reconocimientos como el sitio que lleva su nombre la plaza Cortázar, antes, plaza Serrano, situada en la intersección de las calles Serrano, Jorge Luis Borges y Honduras (en el barrio Palermo Viejo).
Una calle del Barrio Rawson (Espinosa) cambió su nombre debido a que el escritor vivió en el lugar algunos años antes de marcharse a París
El puente Cortázar, situado sobre la avenida San Martín, en el barrio de Agronomía (en la ciudad de Buenos Aires), se nombró así por la misma razón.
Su obra fue llevada al cine en infinidad de oportunidades con diferentes adaptaciones e inspiraciones.
Para recordarlo dejamos algunas entrevistas donde habla de su obra, su vida y sus ideales.