El Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de San Martín, integrado por los jueces Raúl Luchelli Ramos, Mónica María Carreira y Carolina Martínez, dejó en libertad al ex cura Carlos Eduardo José, acusado del delito de “abuso sexual gravemente ultrajante”, agravado por su condición de sacerdote.

"Los abogados y los jueces son cómplices, cubren a un pedófilo. Él sale y vuelve a abusar. A mí ya me abusó y no me va a volver a abusar, pero se lo va a hacer a otros nenas", afirmó la denunciante y víctima de sus ataques, Mailín Gobbo, en diálogo con TN. Tenía entre 10 y 12 años cuando el ex párroco comenzó a abusar de ella.

"¿Cómo dejan libre a un pedófilo? ¿Cómo deja libre a alguien que corrompe la inocencia de los niños? Esto es violencia", añadió la joven este martes al finalizar la sesión, en la que se decidió que la causa prescribió por lo que absolvieron a Eduardo José.

En el juicio estuvieron presentes como testigos otras tres víctimas del ex sacerdote, quien tras la denuncia de Gobbo en 2017, fue detenido en el penal de José León Suárez, cumpliendo prisión preventiva por intento de fuga.

Los abusos del ex sacerdote a Gobbo se enmarcan desde los años 1999 y 2008. La por entonces adolescente asistía al Instituto San José Obrero, en Caseros, donde Eduardo José estaba a cargo. Dada la afinidad del ex párroco con la familia, siguió visitándolos pese a cambiarse de colegio a los 15 años. En 2009 la joven pudo contarles a sus padres, quienes fueron a encararon. “Yo no hice nada, ella era cariñosa conmigo”, les respondió el acusado, según cita Clarín.

"Esto no termino acá, vamos a recurrir a Casación y a la Corte Suprema de Justicia", Héctor Silveira, abogado de la denunciante.

Ya en 2017, cuando nació la hija de Gobbo, se decidió a denunciarlo ante la Justicia, luego de que ese mismo año renunciara a sus cargos eclesiásticos. "Fue encarcelado con orden de prisión preventiva por intentar escapar de la Justicia y permanecer prófugo durante una semana", detalla Página 12.

"Esto no termino acá, vamos a recurrir a Casación y a la Corte Suprema de Justicia", confirmó al mismo medio Héctor Silveira, abogado de la denunciante. "Para las víctimas es muy doloroso todo el proceso, por eso tanta gente no se anima a denunciar. El cura nunca lo negó, los hechos están confirmados. Lo que dice es que ahora no lo pueden penar, como si por confesarse pudiera recibir el perdón. Es vergonzoso, una puerta abierta a que sigan abusando", finalizó.