En las últimas horas el empresario colombiano, Alex Saab, quien presuntamente ofició como testaferro del presidente venezolano, Nicolás Maduro, enfrentó la primera audiencia judicial ante un tribunal de Miami tras lo que fuera su extradición desde Cabo Verde el sábado último.

El juez John O’Sullivan, del tribunal federal de Estados Unidos para el distrito sur de Florida, le notificó a quien además figuraría como diplomático del país caribeño un total de ocho acusaciones por lavado de cientos de millones de dólares presuntamente provenientes de negocios corruptos con el Gobierno venezolano. 

Saab, detenido en Cabo Verde desde el mes de junio de 2020, enfrenta cargos federales en Estados Unidos por presuntamente haber lavado cerca de 350 millones de dólares a través del sistema de control cambiario en Venezuela.

Según la acusación formal, entre noviembre de 2011 y septiembre de 2015, Saab y Álvaro Enrique Pulido, socio del acusado, habrían transferido las ganancias desde Venezuela hasta cuentas bancarias en los Estados Unidos, por lo que este último país tiene jurisdicción en el caso. 

Precisando un cargo por conspiración para lavar dinero y los otros siete por haber cometido ese delito es que el juez consultó a Saab si estaba de acuerdo con tener un abogado de oficio, a lo que el acusado accedió.

Además, esta primera jornada sirvió para desestimar la libertad bajo fianza solicitada por el empresario, considerando la Fiscalía que Saab representa un riesgo de fuga que no puede desatenderse. 

La próxima audiencia se desarrollará el próximo 1 de noviembre, fecha en la que Saab podría ser declarado culpable. 

Luego de escuchar los cargos, el abogado del acusado, Henry Bell, comentó al juez que está pendiente una apelación sobre la supuesta inmunidad diplomática del acusado, quien fue nombrado parte del cuerpo de servicio exterior venezolano una vez fue detenido. 

La extradición y luego el inicio de la audiencia generó el rechazo de Nicolás Maduro, quien decidió retirarse del diálogo con la oposición desde el pasado 13 de agosto en la capital mexicana. 

El presidente venezolano comentó que encomendaba “a Alex Saab en las manos de Dios y habrá Justicia, porque habrá verdad”.

Además, las autoridades venezolanas volvieron a detener a seis ejecutivos que trabajaban en Citgo, entre ellos cinco estadounidenses, que habían estado bajo arresto domiciliario.