Situada a unos 185 kilómetros al sur de Denver, en el estado de Colorado, se encuentra la prisión ADX Florence, conocida como la "Alcatraz de las Montañas Rocosas" o "Supermax", de cuyos muros ningún preso logró huir. 

Allí pasará sus días Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, el "Chapo" Guzmán, tras ser condenado este miércoles por la justicia de Estados Unidos a cadena perpetua más 30 años.

El ex líder del cártel de Sinaloa, de 62 años, dormirá desde ahora en una celda de cama de hormigón y rigurosamente custodiado.

Actualmente, ADX Florence aloja a 376 reclusos, entre ellos Ted Kaczynski, alias "Unabomber", el conspirador de los atentados del 11 de septiembre, Zacarias Moussaoui; Terry Nichols, quien en 1995 perpetró el atentado en Oklahoma y Ramzi Yousef, uno de los autores del atentado de 1993 contra el World Trade Center de Nueva York.

Cómo es la vida tras los muros de Supermax

Los detenidos allí permanecen confinados durante 23 horas al día en celdas solitarias, cada una de ellas con una ventana estrecha de poco más de un metro de alto y en ángulo hacia arriba para que sólo se pueda ver el cielo.

Casi sin interacción entre los reos, reciben la comida en sus celdas, donde comen apenas a unos metros del inodoro.

La cárcel está protegida por alambres de púas, torres de vigilancia y patrullas armadas.

Sin embargo les aplican restricciones especiales para garantizar que los reclusos no puedan ejercer influencia o lanzar amenazas más allá de los muros de la prisión. Los prisioneros no pueden moverse sin escolta y se realizan recuentos al menos seis veces al día.

Solamente los abogados defensores de los presos y algunos de sus familiares inmediatos los pueden visitar. Y les permiten comunicarse a través de teléfonos, con una ventana de cristal de por medio.

Hasta ahora, el Chapo Guzmán se encuentra recluido en un régimen de aislamiento en el Centro Correccional Metropolitano, una cárcel parecida a una fortaleza en el bajo Manhattan.